//Los obstáculos más difíciles de saltar

Los obstáculos más difíciles de saltar

Mi nombre es Jefferson Martins mas conocido como “Mané” y quiero compartirles lo que la equitación significa para mí con una sola frase que algún día escuché y me hizo eco en el corazón: “Dios da obstáculos a quien los puede saltar”. Con este artículo pretendo no sólo llegar a los corazones de jinetes y entrenadores, sino de todas las personas que me leen, practiquen o no algún deporte relacionado con los caballos.

Este deporte no solo es subirse a un caballo y saltarlo, correrlo o hacer que baile, este deporte se trata de la unión de almas y la comprensión de un lenguaje corporal poco explorado, que es el lenguaje corporal animal; es decir lo que el caballo quiere decir con sus actitudes y sus movimientos, si se encuentra feliz o triste, si esta incomodo o asustado, todo tiene un por qué y se necesita ser demasiado observador para conocerlo.

En mi opinión, cuando montas un caballo la conexión no tiene que ser instantánea pues imagina cuántos de nosotros hemos tenido malos entendidos con seres que hablan nuestro mismo idioma. El entendimiento tiene que ser progresivo y gradual a lo que le llamo “conexión de almas” y les voy a contar el por qué.

Años atrás, cuando vivía en Brasil en un pueblo de Sao Paulo en donde tengo mi rancho había un caballo llamado Cimarrón bastante difícil de montar, cada vez que entraba a su caballeriza se arrinconaba poniendo su anca en contra la puerta por cualquier amenaza que ocurriese, un caballo bastante asustado de todo, lo que me llevo un par de meses tomar su confianza, pues no es fácil rehabilitar a un alma inocente que han lastimado en el corazón.

Cuando finalmente pude colocarle la montura y las riendas; intenté subirme alrededor de cinco veces pero él no cedía, recuerdo muy bien todo, las nubes se empezaron a juntar, a ennegrecer y empezó a llover, desistí y lo metí en su caballeriza. Al día siguiente volví a intentarlo sin tener éxito y así durante una semana él seguía sin ceder.

Quiero confesar que yo me encontraba desesperado, pues en ese tiempo estaba en una situación difícil pues con la muerte de mi padre, yo era el sustento de mi familia y venderlo lo mas pronto posible era mi meta para llevar un plato de sopa caliente a mi hogar. Sin embargo pasaron los días y seguía sin poder montarlo, hasta que un día platicando con un buen amigo mío me dijo: “Dios da obstáculos a quien los puede saltar, no desistas, las grandes cosas no vienen tan fáciles como suelen aparentar», todo lo bueno necesita de un gran esfuerzo.

Ese mismo día regrese a mí y hablando con mi madre decidí tomar la decisión de venderlo para el campo, ella me dijo “inténtalo otra vez”. Fui a la caballeriza, lo ensille e intenté montarlo, me caí tres veces comenzó a llover y no desistí, seguí intentando.

Al cabo de un rato por fin logre montarlo en ese momento sentí la conexión de su mente en mi mano y mi pantorrilla siendo su motor; al final de cuentas fue uno de los caballos mas nobles que tuve en mi vida, me enseño tanto, pues aprendí a no desistir y a ser amigo de su mente y su corazón.

Esto me dejó una gran enseñanza para mi vida. El cómo te comportas con ellos es la manera en que te comportas a tu alrededor, el cómo superas sus necedades es la forma en que afrontas las adversidades de la vida, y si desistes ante un animal que no te entiende, desistes ante un mundo que no lograras hacer que piensen como tú y a eso se le llama frustración.

Jefferson Martins M.