//Metas del trabajo al trote

Metas del trabajo al trote

Solo cuando el caballo sepa trotar con armonía, relajación y ritmo, en una posición correcta, redondo, ligero y con energía, podrá empezar a hacer ejercicios más difíciles para perfeccionar el trote y llevarlo hasta el passage y el piaffé.

El trote es un aire en diagonal de dos tiempos, con un tiempo de suspensión entre medio. Si el paso es el aire de aprendizaje, el trote es el aire idóneo para permitir el desarrollo del ritmo.

El trabajo al trote tiene varios objetivos:

Mejora la amplitud y la regularidad de los trancos.
Muscula y fortalece al caballo.
Flexibiliza las articulaciones.
Desarrolla la comunicación entre jinete y caballo.
Mejora el equilibrio y el ritmo del caballo.
Desarrolla la reunión.

Trabajar al trote es fundamental para la doma del caballo. El jinete debe darle mucha importancia y siempre tratar de mejorarlo. Los puntos principales a observar en un buen trote son:

El empuje igualado y simétrico de cada posterior.
Perfecta regularidad al pisar el suelo cada bípedo diagonal.
Distancia rigurosamente idéntica en la amplitud de cada tranco.
La misma medida de elevación de cada pie, con el mismo movimiento en cada tranco.
Mucha atención a estos cuatro criterios ayuda a desarrollar el ritmo hasta la perfección.

El trote solo será bueno si el caballo está totalmente relajado, mentalmente y físicamente; fluido, con equilibrio y contacto estable. En un buen trote el caballo está en la mano sin tensión, muestra libertad de espaldas, flexibilidad en la acción de las extremidades, y regularidad en la “impulsión” (la propulsión hacia delante). El caballo está derecho desde las espaldas hasta el tercio posterior, sin torceduras, enderezado por la impulsión, listo para cualquier cambio de dirección o de aire.

El desarrollo diario de estas cualidades llevará al caballo joven hasta el trote reunido, y eventualmente hasta el refinamiento del trote de escuela y los aires elevados.

Un caballo joven

El potro, molesto por el peso del jinete, a menudo trota de manera irregular, con un equilibrio horizontal aparente, el cuello relativamente bajo y largo, con el ángulo de la nuca/cabeza abierto. Hunde el dorso, acelera o frena ante un mínimo movimiento del jinete, se asusta con facilidad, a menudo se desvía de la pista y se incurva hacia fuera en las esquinas.

En esta fase tu objetivo principal debe ser fortalecer el dorso del caballo. Esto ayudará a evitar acelerones repentinos y a obtener trancos regulares en el trote, bien enmarcados entre las ayudas canalizadas.

Arthur Kottas

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