Muchas personas disfrutan de la equitación y los deportes ecuestres, pero a veces estas actividades causan dolor al animal. Además, los propietarios y entrenadores no entienden por completo las expresiones faciales de dolor en caballos.
EL ETOGRAMA
El etograma es un catálogo de expresiones faciales que incluyen orejas, ojos, nariz, hocico, boca y posición de la cabeza. Cada parte del cuerpo puede mostrar una expresión que puede ser normal o reflejar dolor, comportamiento conflictivo o angustia.
El reconocimiento de los cambios en la expresión facial podría salvar a los caballos del sufrimiento y las lesiones crónicas al permitirles a los propietarios y entrenadores reconocer el dolor más pronto y obtener la atención veterinaria que necesitan los caballos.
Normalmente, los caballos que se montan sufren dolor musculoesquelético, que puede ser difícil de detectar hasta que el caballo muestra una cojera significativa y un rendimiento deficiente.
Ahora, un nuevo estudio publicado en Equine Veterinary Education ha confirmado que, si los veterinarios están capacitados para utilizar un etograma de caballo, pueden reconocer mejor el comportamiento relacionado con el dolor en caballos, que puede ser cojera, dolor de espalda o sacroilíaco.
Los expertos, dirigidos por Sue Dyson, directora de Ortopedia en el Centro de Estudios Equinos de Animal Health Trust, compararon la aplicación en tiempo real del etograma de caballos con el análisis de los vídeos grabados de los caballos y determinó si los veterinarios, después de un entrenamiento preliminar, podían aplicar el etograma en tiempo real de manera consistente.
En total, se estudiaron veinte combinaciones de caballos y jinete. Los 20 caballos recibieron un calentamiento de 15 minutos antes de realizar una prueba de doma de nivel preliminar diseñada con un propósito específico de 8 minutos.
Durante cada prueba de doma, un equipo de 10 veterinarios equinos, seleccionados entre 40 voluntarios y con entrenamiento preliminar, aplicó el etograma de caballo. Evaluaron a cada caballo por la presencia de un total de 24 comportamientos que ocurren más comúnmente en caballos cojos en comparación con caballos no cojos.
«El estudio confirma que, con entrenamiento básico, los observadores veterinarios pueden usar el etograma de caballo con consistencia como una herramienta eficaz para ayudar a identificar el dolor musculoesquelético que podría reflejar cojera o dolor de espalda o sacroilíaco”, explica Dyson.