¿Quiénes fueron los caballeros de la edad media? ¿Por qué eran tan importantes? ¿Cuál era el proceso al que se debían enfrentar para convertirse en caballeros? En este artículo te lo explicaremos.
En la Edad Media, los caballeros pertenecieron a una clase social muy respetada. Tenían mejor preparación que es resto de la población. Incluso los clérigos los comparaban con soldados de cristo al servicio de Dios. El caballo en esta época no solo era una bestia, era un signo de rango y condición.
En el feudalismo, los caballeros estaban dedicados a las armas y siempre hubo una relación entre ellos y el señor feudal. El caballero era un noble y militar. El caballo de batalla, sobre el que cabalgaban los caballeros medievales se llamaba corcel. Los corceles eran caballos grandes y fuertes para que pudieran cargar al caballero y su armadura. Otro nombre con el que se le conoció a estos caballos es destreros y eran muy caros.
El caballero franco era la imagen del ideal caballero medieval, en sus biografías se ven cómo los caballeros tuvieron presencia en la guerra, la vida cortesana, la formación caballeresca, etc. Esta corriente de ideas se expandió desde Francia por todo Europa mientras sus miembros adquirían mayor prestigio.
Fue así como las grandes cortes se convirtieron paulatinamente en el centro espiritual de la caballería. Por lo tanto, los conceptos de caballería y caballeros son completamente medievales.
Sin embargo, cabe mencionar que la caballeria presentado en la literatura no se asemeja a la real. Por ejemplo, tratados como el de Ramón Llull, presentan cánones e ideales a seguir para alcanzar la plenitud caballeresca cuando en la realidad no siempre se llevaron a la práctica. Cabe destacar que existieron caballeros reales que siguieron el modelo de los caballeros ficticios y lograr así alcanzar fama.
La caballería fue uno de los tres pilares conformaban la sociedad medieval. La iglesia logró unirse a la caballería por el ideal de la cruzada. Tras la reorganización territorial del feudalismo, se dio origen a la orden noble o caballeresca. Ahí se mantenían alianzas matrimoniales con el objetivo de definir las líneas de ascendencia que permitían o no entrar a la Caballería.
Con el tiempo estas normas se modificaron y las cruzadas de la mano de la expansión militar, abrieron las puertas de la Caballería a todos los hombres.
La educación de los caballeros comenzaba a la edad de 7 años. El infante recibía instrucción y disciplina en la casa del señor feudal hasta los 14 años. Durante el periodo de formación, los futuros caballeros trabajaban como donceles o pajes así como servicios domésticos que se tenían que intercalar con los ejercicios de armas.
El objetivo de asignarle tareas variadas era que el joven se acostumbrara a la obediencia, cortesía y el uso de la Caballería. Al cumplir 14 años, el doncel se convertía en escudero y recibía su primera espada y espuela de plata. Ahora acompañaba al caballero y lo socorría cuando era necesario.
A la edad de 21 años el escudero finalmente podía convertirse en caballero. La ceremonia elementos religiosos con costumbres germánicas. El futuro caballero se preparaba en la iglesia y recibía el sacramento. Se bañaba y vestía una túnica blanca que representaba purificación. Se hacía una pequeña celebración en la que los padrinos se divertían pero el nuevo caballero debía permanecer sereno. Al final usaba un manto como señal de que tenía la disposición de derramar sangre por la religión.
A la mañana siguiente, presentaba la espada al sacerdote para efectuar la bendición y realizaba el juramento de defender la fe de la iglesia, la lealtad al señor feudal, proteger a las mujeres y a los huérfanos.
El señor colocaba la espada en los hombros, emitía unas palabras y el joven al fin lograba ser caballero.