//¿Cómo los estribos cambiaron al mundo?

¿Cómo los estribos cambiaron al mundo?

Puede que ahora no se vea tan impresionante, pero en una época en la que no se tenía la tecnología para hacerlo, montar sin perder el equilibrio representaba una gran ventaja. La nación que podía desarrollar la manera de aprovechar al máximo la velocidad y virtudes de un caballo en batalla salía victoriosa.

Para tener en cuenta la gran diferencia que implican estos avances basta comparar a un caballero con estribos y montura en contra de uno que usa una manta y carece de estribos. La diferencia se encontrara en que al momento de chocar las espadas, el segundo va a caer o estará más preocupado por no perder el equilibrio, mientras que el primero puede elegir entre un hacha, lanza o espada sin pensar más que en la batalla.

La silla de montar se introdujo a Europa en el siglo IX pero en realidad se creó en Asia, así como los estribos, que aparecieron en Europa en el siglo XVI. Ambos elementos se volvieron fundamentales para la guerra e incluso contribuyeron al aumento de elementos de caballería superando en un punto a los elementos que iban a pie en el ejército franco, por ejemplo.

A su llegada a Europa fue tomado como un signo de debilidad ya que los caballeros siempre habían montado sin estribos, pero con el tiempo y al notar las ventajas de utilizarlos en batalla, se fue normalizando hasta volverse parte fundamental de la montura.

La herradura también cambió la duración de energía de los caballos, no sólo en batalla, sino a lo largo de su vida. Los registros previos que existían a las herraduras describían hiposandalias y eran de los celtas. La manera en que funcionaban era a través de ataduras por bucles de metal y con un zapato de hierro.

Las armaduras se utilizaban, sí para proteger al caballo, pero en su mayoría porque mantener bien al caballo garantizaba la seguridad del jinete, es por ello se podían observar más de un tipo de armadura en donde el punto más importante era la testera, que protegía la cabeza.

Estas tecnologías sin duda cambiaron el curso de la historia, ya que, quien las poseía, tenía una gran ventaja en el campo de batalla. Aunque los caballeros funcionaban en su totalidad como ofensiva en caso de que estuvieran totalmente equipados eran casi invencibles.