En pleno corazón de la denominada Ruta del Toro, que transcurre entre Jerez de la Frontera y la villa de Los Barrios, localizada en la provincia de Cádiz, se encuentra una de las más emblemáticas ganaderías de toros de lidia. Se trata de la ganadería de Torrestrella, propiedad de don Álvaro Domecq Romero, una de las más conocidas figuras del rejoneo, pero también de la Doma clásica.
La finca se llama Los Alburejos y está ubicada en el término municipal de Medina Sidonia; es ahí donde pastan los toros y cuentan además con un criadero de caballos de Pura Raza Española. Por sus muros han pasado a lo largo del tiempo importantes personalidades, no sólo del toreo, sino también de la política mundial, artistas internacionales o personajes de gran relevancia histórica.
Este magnífico entorno en el corazón de la campiña andaluza fue lo que inspiró a don Álvaro para crear una forma en la que sus invitados vivieran la experiencia de conocer al toro bravo y al caballo en su entorno natural.
Un mundo hasta entonces muy cerrado y sólo accesible para la gente del mundo taurino. Como él señala: “Hasta hace pocos años las ganaderías eran un lugar inaccesible para la mayoría de la gente”, pero que ahora abren sus puertas en esta presentación a la que se le ha dado el atinado nombre de A Campo Abierto.
Los inicios
En el año 2005 la familia Domecq creó en exclusiva para la Feria Mundial del Toro de Sevilla, el espectáculo Raíces, el cual tuvo mucho éxito y repercusión.
Fue entonces cuando decidieron dar un paso decisivo, trasladar lo presentado en el ruedo de un palacio de congresos al hábitat natural del toro y del caballo. Fue así como nació esta experiencia que se conoce como A Campo Abierto. Cabe destacar que el espectáculo presentado en La Feria del Toro de 2005 fue un homenaje a México, y por ello en él participaron en conjunto tanto la familia Domecq como un grupo de charros y escaramuzas.
En los primeros años de creación el proyecto se centraba en realizar eventos en su gran mayoría para empresas, pero con el paso del tiempo y sobre todo debido al trabajo comercial, promoción y marketing que realizan Isabel y Reyes Domecq, junto con su hermano Antonio, quien es el encargado de la dirección y coordinación de escena, han logrado consolidar una empresa que en estos momentos es reconocida como una de las mejores que promociona la cultura y las tradiciones andaluzas.
El entorno
Para dicho propósito decidieron aprovechar el atractivo del entorno, para que desde el primer momento que el visitante llega a la finca viva una experiencia única y completa en su tipo. “Nuestro principal objetivo es dar a conocer al público la verdad sobre la crianza del toro bravo y del caballo”, menciona con orgullo Isabel. Tras bajar del vehículo o del autobús en el cual cada miércoles y domingo, público español y extranjero recorren los primeros 700 m, en donde pueden admirar una amplia variedad botánica de la zona, así como avistamiento de aves, e incluso algunos toros ya reseñados para la temporada.
Una vez que han descendido del vehículo, la propia familia los recibe y los invitados son dispuestos para sentarse en las gradas de un ruedo de madera muy parecido a un lienzo charro, donde la manga se abre al campo, que durante la primavera se inunda de flores de lavanda y en la cual se desarrolla parte de la acción del espectáculo.
Pero eso no es todo, ya que antes de comenzar, durante una pausa o al final del entretenimiento, los visitantes pueden disfrutar de una terraza con zona de bar, así como una tienda de suvenir.
El espectáculo
Durante la emisión de A Campo Abierto participan 15 jinetes (además de la presencia de becerros, vacas, toros, bueyes, potros, caballos de Doma vaquera y de Alta Escuela), los cuales presentan durante sus dos horas de duración las diferentes faenas que se realizan a lo largo de la vida de un toro bravo desde su nacimiento, hasta su culminación cuatro años después, donde se prepara para ir a la plaza.
De las partes del espectáculo que más disfruta el espectador son precisamente las exhibiciones de Doma vaquera y Alta Escuela, así como la traída a toda velocidad de las yeguas de cría junto con sus potrillos. Uno de los puntos importantes sobre los que trabaja este equipo, es el de promover esta experiencia principalmente en personas ajenas al mundo del toro y donde han obtenido una mayor respuesta, especialmente en el público francés, alemán y portugués. Y es por eso por lo que durante todo el espectáculo las narraciones se realizan en esos tres idiomas junto con el castellano.
En la actualidad el porcentaje de visitantes es mitad español y mitad extranjero, pero un dato muy interesante es que muchos de los que visitan Los Alburejos repiten una o dos veces más la experiencia y siempre invitando a público nuevo. Por todo lo anterior no es raro que los anfitriones afirmen que se trata de: “Una experiencia para los cinco sentidos, donde se disfruta de la naturaleza y de conocer el trabajo que hay detrás de la crianza del caballo y del toro bravo”.