//Caballos, 500 años de su entrada a México

Caballos, 500 años de su entrada a México

La importancia de esta especie en México por Veracruz desde hace 500 años es indiscutible. Celebrar la llegada del caballo es por todo lo que existe detrás y las repercusiones que ha tenido hasta el día de hoy, como ser un ícono para el país o crear ingresos entre miles de familias.

Los caballos han estado presentes a través de la historia. Uno de los hechos más importantes fue la Conquista, Cortés lo logró a caballo y también logramos independizarnos de los españoles por la misma vía.

Enaltecer la figura del equino es beneficiar a agricultores, productores de alimentos, fabricantes de ropa vaquera y de botas.De igual modo, el artesano que elabora las sillas de montar, las monturas, frenos y espuelas, así como las casas veterinarias, los laboratorios, los médicos veterinarios o los especialistas en equinos, en fin, subrayó que hay más de 50 sectores que dependen de esta actividad.

El primer caballo que existió en América fue hace 55 millones de años y era del tamaño de un perro, sin embargo fue evolucionando hasta llegar a ser el imponente animal que hoy conocemos. Por razones geográficas, alimentación y clima tuvo que migrar y se extinguió en e continente ya mencionado, pero con la llegada de Colón y posteriormente Cortés, los equinos se adaptaron.

Realmente no se puede hablar de la historia de México sin pensar en los caballos. Estos aportaron como medio de trabajo y de transporte. En Veracruz ha tenido una participación significativa; ahí es donde se realizaron las primeras «carreras parejeras»

La historia dice que, a la llegada de Cortés, para impresionar a los totonacas, realizó una carrera para presentarles la figura del caballo, ya que no existía en esa época. Eso se valió Hernán Cortés para imponerse y forjar una alianza con este pueblo. Después lo hizo con los cholultecas, tlaxcaltecas y otros pueblos prehispánicos para poder entrar a la ciudad de Tenochtitlán.

Los equinos ya eran animales domesticados al llegar a América, pero posteriormente algunos se escaparon y se convirtieron en caballos salvajes y de esa manera fue como en gran medida se extendieron en todo el territorio nacional.

Consecuentemente con las siguientes expediciones, se fue incrementando el número de equinos, se domesticaron y se fue inculcando esa cultura a las futuras generaciones, incluyendo a los indígenas de esta zona.

Los únicos naturales novohispanos que tenían permiso de la corona, para montar a caballo fueron el cacique gordo de Cempoala y los cuatro señores de Tlaxcala, así como sus descendientes, quienes apoyaron a Hernán Cortes en la guerra contra los mexicas o aztecas.

A raíz de que los indígenas empezaban a ser parte de esta actividad, se especializaron en la monta y se destacaron por ser buenos jinetes.

Por otro lado, la Charrería tiene sus orígenes en el momento en el que se le permite a los novohispanos, el montar a caballo, con la condición de no utilizar ninguna montura europea; por ello, los nativos crearon una propia, así como su estilo para amansar y arrendar a los equinos.

Luego de años de esta práctica conocida a nivel mundial, el 1 de diciembre de 2016 la Charrería fue declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, y la Cultura (Unesco).

La importancia de los caballos han América es indiscutible. Aquí fue donde se creó la raza Azteca, una cruza de un Cuarto de Milla con un Español, otra es la Santa Gertrudis que fue creada por el ejército mexicano, para su uso exclusivo.