Aunque los caballos son animales realmente majestuosos, hay algunos que se distinguen, ya sea por su habilidad o por sus grandes hazañas. En la historia de hoy encontramos a un ejemplar que sobresale por lo segundo, por no darse por vencido aun cuando la vida se puso en su contra.
Morgan tenía la edad de 13 años cuando su abuela, le dio a elegir entre una manada de caballos para poder hacerse de un compañero. De entre ellos surgió Endo, a quién calificó de tener presencia aunque tenía muy pocos meses de vida.
Todo iba de maravilla, con la práctica crearon un lazo irrompible, pero al cumplir ocho años, Morgan comenzó a notar un cambio en Endo, comenzaba con un grave problema de estrabismo, lo que pronto los llevó al veterinario.
Endo fue diagnosticado uveítis, glaucoma y cataratas, para aliviar el dolor Morgan retiro todo el polvo que había en su entorno, además lo sacaba a dar paseos sólo en la noche, además de los medicamentos que habían sido recetados por el veterinario.
Pronto su ojo derecho termino roto, por lo que se decidió que se extirpara, pero los padecimientos no cesaron con su ojo izquierdo, lo que lo llevo a perder ambos ojos a la edad de 13.
Morgan no dejó a su compañero solo ni un momento, se quedaba cerca cuando, después de sus operaciones temblaba por la repentina ceguera. Susurraba a su oído para hacerle saber que estaba cerca mientras lo acariciaba. No paso demasiado tiempo para que saliera a caminar, e incluso, fuera capaz de quitar las vendas de sus heridas por sí mismo.
Endo ahora con un compañero miniatura vive una vida plena, llevándose los aplausos de todo aquel que lo ve en exposiciones, demostrando su habilidad y paso firme por la vida. El Appaloosa de 19 años se ha convertido sin duda en una celebridad, pero sobre todo en un ejemplo para nunca darse por vencido.