//¿Todos los caballos pueden estar en Coaching asistido?

¿Todos los caballos pueden estar en Coaching asistido?

Las actividades de aprendizaje, psicoterapia o coaching asistido con equinos, se desarrollan en actividades a pie con los caballos. Muchos de los pacientes o clientes, después de vivir la experiencia, nos preguntan si aquellos requieren de un entrenamiento especial.

Si bien es cierto que no es necesario tengan alguna preparación, sin embargo, como cualquier actividad en la cual se utiliza esta especie, existen ciertas medidas a tomar en cuenta, principalmente para preservar su integridad, y al igual que en las otras disciplinas o terapias que se apoyan en ellos, cuanto mejor condición física y buen estado general presenten, mejor desarrollarán su trabajo.

Caballos de terapia

Hay que mencionar que casi todos los caballos son aptos para proporcionar actividades de aprendizaje asistido con equinos. La esencia de esta técnica se basa sobre la propia naturaleza de esta especie y su estructura social. Siendo animales de presa, poseen una sensibilidad extrema y son reactivos ante los estímulos de su entorno, cualidades que los hacen ídoneos para estas dinámicas.

Más parecida está la forma de vida que tienen al de su medio natural, por lo que más sensible y eficiente será su desempeño. No obstante, existen algunas recomendaciones para la formación de las manadas de trabajo. Se desaconseja utilizar ejemplares lesionados, enfermos o en mal estado físico y emocional, además de que debería estar prohibido apoyarse en ejemplares considerados como “peligrosos”.

Durante las sesiones de aprendizaje asistido con equinos, los caballos reflejan las emociones y los sentimientos de los pacientes. Es un principio básico para la concientización de los individuos que asisten a este tipo de sesiones, por lo que el uso de animales heridos o dañados puede distraerles o dar un mensaje equivocado.

La intención principal es apoyar en los procesos de crecimiento y mejorar la salud integral del ser humano; provocar lástima, repugnancia o enojo debido al estado en que se encuentren, nunca es recomendable, a menos que sea parte de los objetivos que se requieren trabajar, a propósito, con los pacientes.

El origen del enojo y la agresividad

Debo destacar que no es común encontrar caballos “peligrosos”, sino más bien existen factores que inducen una agresividad excesiva en ellos: un mal manejo por parte de los cuidadores, un dolor insoportable o incluso un miedo incontrolable, son algunos.

Las personas que se dedican a las terapias, deben conocer (o por lo menos observar) a los equinos destinados a apoyar estas actividades, para así no arriesgar a los pacientes ni tampoco a los caballos.

Recuerdo una sesión específica en la cual decidí usar un semental violento. Ya conocía al paciente, quien había tomado algunas sesiones de psicoterapia asistida con equinos, y no se obtuvieron los resultados esperados. Se trataba de alguien que tenía un comportamiento abusivo y no lograba entender que su actitud lastimaba a sus seres queridos.

Así que al interactuar con este caballo en particular, entendió el miedo y el sufrimiento que sentía su familia al enfrentar su rabia y sus golpes, pudo ponerse en su lugar y confrontarse a sí mismo y a su conducta dañina.
Pese a esta experiencia que narro, debo recalcar que cualquier decisión que los facilitadores tomen tiene que ser basada en motivos serios, por lo que es crucial mantener siempre el control de la situación para evitar accidentes o efectos y consecuencias contraproducentes.

Preparación de las manadas

La mayoría de los facilitadores que desean dedicarse al aprendizaje asistido con equinos, quieren “aprovechar” los ejemplares que tienen en su cuadra, sin uso o con poco desempeño físico, en tanto otros los consiguen ya grandes o incluso lesionados para darles una segunda oportunidad (y para no desembolsar una suma importante de dinero para conformar la manada de terapia).

Aunque estos motivos son entendibles y hasta loables, hemos descubierto, por las mismas razones que describimos al inicio de este escrito, que una manada óptima está compuesta por caballos de género, edades y capas diferentes.

El professor Chris Rogers, de la Universidad de Massey, en Nueva Zelanda, afirma que los métodos modernos de entrenamiento deben proporcionar oportunidades apropiadas para que los caballos logren realizar, desde temprana edad, “un juego locomotor espontáneo, para optimizar el desarrollo óseo, y por ende, generar consecuencias positivas de largo alcance”.

Aunque sus estudios se enfocan más al desarrollo físico del caballo, observamos que aquellos que hemos criado especialmente para proporcionar sesiones de aprendizaje asistido, muestran una mayor sensibilidad y una comunicación no verbal más fina, reflejando mejor las conductas y sentimientos de los pacientes.

El entorno natural en el cual se desarollan nuestros potros, les permite fomentar las habilidades sociales y experimentar un bienestar emocional. Este incluye la sociabilización con adultos mayores (para el entendimiento de las reglas y jerarquías, y posteriormente para su desarrollo sexual); el juego entre congéneres de edades similares (para estimular la conviviencia, la competencia sana, medir el alcance de sus actos como saltar, pararse de manos, amenazar, cocear, entre otros).

Un animal de terapia necesita tener un equilibrio físico y emocional adecuados, una estabilidad social y un buen estado general, ya que la misión que desarrolla dentro del marco de las terapias puede drenar su energía y modificar su comportamiento natural y su verdadero temperamento durante la sesión.
No solamente los pacientes están sometidos a una ardua tarea emocional. Nos hemos percatado, a lo largo de años de trabajo, que algunos equinos son demasiados sensibles y no soportan el rigor de las emociones y sentimientos de los pacientes que están espejeando. Preparar a los caballos desde jóvenes, facilita su desempeño a largo plazo y el trabajo de los facilitadores.

Desahogo

Al igual que con cualquier disciplina ecuestre, las sesiones de aprendizaje asistido con equinos pueden afectar el desarrollo de los caballos, si no se toman ciertas precauciones. Algunos de ellos, al igual que los pacientes, se benefician de las sesiones.

Por lo general, hemos comprobado que ejemplares inseguros se ven fortalecidos, afianzando su carácter con su labor como coterapeuta; por otra parte, los que son sumamente sensibles no pueden ser utilizados durante muchas sesiones continuas, y requieren de mayores espacios de descanso. Hemos aprendido también que los de sangre caliente son más efectivos, debido a su mayor perceptibilidad sensorial que los de sangre fría.

Por regla general, es mejor no sobrecargar a los terapeutas equinos: la mayoría de ellos aguantan hasta cuatro horas de sesiones continuas. En todos los casos, una forma adecuada de ayudarles a liberar los estímulos que no lograron descargar durante las sesiones, se logra proporcionándoles un espacio abierto lo suficientemente amplio con un suelo adecuado. Por su misma naturaleza, tenderán siempre a quitar cualquier excitación o molestia corporal, siempre y cuando tengan el espacio y el lugar adecuado para tal efecto.

Conciencia y empatía equina

Tal vez no se consideran de alto desempeño físico, tal vez no requieren de un entrenamiento progresivo o complejo para fortalecer sus habilidades, sin embargo, los caballos que destinamos a las sesiones de aprendizaje asistido con equinos tienen sus cualidades y requieren de ciertos cuidados.

Hemos presenciado multiples sesiones en las cuales se apropian de los malestares de los pacientes, haciendo su “trabajo” con una entrega total; y algunos de ellos han dado su vida para apoyar procesos dolorosos, aun sin conocer previamente a las personas que les toca reflejar. Existe una dimension todavía desconocida y es imposible explicar a qué nivel y bajo qué circunstancias esta especie decide apoyar, reflejar, somatizar o incluso, entregar su vida para el bienestar del ser humano.

A través de las sesiones, se ha evidenciado cada vez más esta faceta “altruista” o “empática” del caballo. ¿Será o no consciente de lo que hace? Lo que sí me ha quedado claro, después de tantos pequeños milagros presenciados en las pistas de terapias, que esta especie se pone al servicio del hombre, sin medir las consecuencias de lo que este esfuerzo representa para su propia salud.

Tanja Netscher
Escritora y fundadora de Revelaciones Equinas