La reina Isabel II es una gran amante de los animales, sobre todo de los perros y de los caballos. Tenía tan solo 4 años cuando recibió su primer corcel (un pony Shetland) y, desde entonces, se ha caracterizado por su fascinación por este tipo de especie y la equitación, tan es así que incluso ha sus 93 años continúa cabalgando por los jardines del castillo de Windsor.
De acuerdo con la revista People, la reina Isabel II fue vista dando un paseo a caballo por los jardines del castillo de Windsor, el lunes pasado, tras los eventos en honor a los caídos en la Primera Guerra Mundial, en el Remembrance Day. La abuela de los príncipes Harry y William vestía un abrigo azul marino, un pañuelo sobre su cabeza y unas gafas de sol.
El amor de la reina Isabel II por los caballos se transmitió a sus hijos, pues la princesa Anne se convirtió en el primer miembro de la realeza en competir en unos Juegos Olímpicos cuando participó en el evento ecuestre de las Olimpiadas de 1976, en Montreal. También la hija de la princesa Anne, Zara, siguió sus pasos y ganó una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 2012 como miembro del Equipo de Eventos de Gran Bretaña.
Otra prueba de la empatía que siente la reina Isabel por estos animales radica en el testimonio del fallecido periodistas Kenneth Rose, quien detalló en «Who Loses, Who Wins: The Journals of Kenneth Rose, Vol II 1979-2014″ que el príncipe Carlos le contó a Rose sobre un momento en el que el jefe de Wimbledon preguntó si las reina abriría una nueva cancha de tenis, contestando que lo dudaba, “a menos que haya perros y caballos».
Además de su pasión por la equitación y los caballos, Isabel II ha sido dueña de una gran número de perros de raza corgis, los cuales, se han hecho famosos en el castillo de Buckingham por ser los más consentidos del recinto, además estos animalitos han servido de inspiración para hacer incluso una película basada en su historia como miembros de la relaze británica.