La osteocondrosis disecante (OCD), también conocida como ‘chip’, consiste en un fallo en la osificación, mismo en el que la transformación del cartílago en hueso se produce con una anomalía. Esta afección sobre el cartílago articular puede presentarse de manera variable, debido a que el cartílago articular no se forma como es debido y posee un grosor irregular y más débil que las demás articulaciones sanas.
La osificación endocondral es el proceso que toma lugar a medida que un caballo crece y sus estructuras cartilaginosas se osifican; hay que recordar que estos animales, al nacer, poseen articulaciones cartilaginosas.
La alteración en el desarrollo del cartílago puede provocar que se generen fragmentos de cartílago que se encuentran parcialmente unidos al hueso, incluso éste puede llegar a romperse y desprenderse del hueso, flotando alrededor de la articulación.
Estos ‘colgajos’ o fragmentos de cartílago y la exposición del hueso subcondral causan inflamación articular. Con el tiempo, hasta pueden llegar a desarrollar artritis. Se trata de una patología multifactorial que sucede a consecuencia de la combinación de varios factores como la disposición genética, traumatismos biomecánicos, estrés mecánico por ejercicios inapropiados, obesidad, crecimiento demasiado rápido y nutrición desequilibrada o inadecuada.
Las causas de la osteocondrosis se dividen en dos grandes grupos: genéticas y nutricionales. Y una o más combinaciones de estas posibles causas pueden causar la enfermedad, aunque finalmente son los factores medioambientales y el manejo de estas situaciones las que determinan que aparezca o no dicho padecimiento.
¿Sintomatología?
Probablemente, el signo más común es el aumento de la cantidad de líquido sinovial en la articulación del caballo, pues el defecto osteocondral provoca irritación e inflamación.
Los signos llegan a hacerse visibles desde los 5 meses de edad, pero es posible que no aparezcan hasta que el caballo comience a trabajar.
La cojera es otro de los síntomas importantes, y ésta varía según la ubicación y la gravedad del a patología; en la mayoría de los casos, los caballos no muestran cojera hasta que se ponen a trabajar.
La osteocondrosis puede ocurrir en prácticamente todas las articulaciones, pero ocurre con mayor frecuencia en las articulaciones del corvejón, la babilla y el menudillo. Depende de la frecuencia de esta presentación, es que podemos clasificarlo de la siguiente manera: articulaciones frecuentemente afectadas (las mencionadas anteriormente; corvejón, babilla, menudillo), articulaciones de afectación media (hombro) y articulaciones muy poco afectadas (codo, carpo, cadera y vértebras cervicales).
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¿Qué hacer en casos de osteocondrosis?
Si su caballo tiene una articulación distendida y no cojea o cojea de forma leve, es necesario que un veterinario especialista lo examine, sólo para descartar la presencia de OCD u otras posibles causas. Para el diagnóstico, se debe realizar un buen examen físico general del caballo junto con una valoración de cojera y radiografías.
Es necesario decir que la OCD se presenta, normalmente, de manera bilateral; hay que tomar radiografías de la articulación opuesta (aunque en ésta se dé muy poca inflamación). No obstante de que la patología se diagnostica generalmente en potros, puede diagnosticarse de forma accidental también en caballos mayores con pocos síntomas o escasos signos clínicos aparentes.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento más eficaz para combatir esta enfermedad es la extirpación quirúrgica del fragmento. La técnica más utilizada para eliminar los fragmentos de OCD es la artroscopia.
La astroscopia se realiza haciendo dos o más incisiones de pequeño tamaño en la articulación, a través de las cuales se introduce una cámara e instrumental artroscópico para remover el fragmento.
Existe otra opción de tratamiento es la artrotomía, que consiste en hacer una incisión y abrir la articulación para poder extraer el fragmento. Se prefiere la artroscopia a la artrotomía, ùes las incisiones en la piel son considerablemente más pequeñas y se produce, por consiguiente, menos trauma quirúrgico; de igual forma, el tiempo de recuperación postoperatorio es más corto y se puede realizar una exploración más exhaustiva de la articulación.
Remover el fragmento de OCD requiere, casi en la mayoría de los casos, anestesia general.
Recomendaciones postquirúrgicas: Es necesario tener en mente que éstas dependerán de la gravedad y ubicación de la OCD, aunque por lo general engloban un periodo de reposo, seguido de la reintroducción progresiva al ejercicio. Es normal si volver a la rutina de entrenamiento tarda varios meses. ¡No hay que descartar un examen de seguimiento, así como la retirada de las suturas!
Si éste es el caso de tu caballo, no te preocupes, el pronóstico para la función atlética suele ser de bueno a excelente para la mayoría de los casos postoperatorios.
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