//Polo Pony, un campeón veloz y afable

Polo Pony, un campeón veloz y afable

El Polo Pony, como se le conoce en inglés, Poni Polo, en español, o Polo Argentino, es un híbrido creado para ser veloz en distancias cortas, pero a la vez, con el temperamento ideal para seguir los mandos del jinete.

Origen e historia

El origen de la raza Polo Pony como tal, ocurre con la cruza de caballos mestizos de campo cruzados con caballos Pura Sangre. Para quien no es conocedor, el nombre de Polo Pony puede resultar engañoso. No se refiere a una raza de alzada pequeña, sino que se trata de un caballo de tamaño completo. Y para entenderlo, hay que remontarse a mucho tiempo atrás.

Esta denominación es tan antigua como el origen de este deporte, que al parecer fue en Persia, donde se practicaba un juego utilizando, como indica su denominación, ejemplares de baja alzada. Posteriormente los musulmanes lo llevaron a la India, donde utilizaron caballos Manipur, que tenían una alzada de 1.2 m, y cuando los ingleses invadieron el continente, rápidamente se apasionaron por este deporte, al grado de pulir y perfeccionar sus técnicas y de crear los primeros reglamentos y clubes relacionados.

Al llegar a América, uno de los países donde más popularidad adquirió este deporte fue en Argentina, y entre las décadas de 1940 y 1960, los ejemplares utilizados tenían incluso un doble trabajo: araban la tierra y cuando había un partido, cambiaban de función. La fisonomía de estos equinos era similar a la de los caballos criollos de ese entonces (hay que recordar que los caballos fueron traídos al Nuevo Mundo por los españoles, y no faltaron aquellos que terminaron por ser libres y que pastaban por las pampas argentinas), que se caracterizaban por ser fuertes y robustos, pero que no tenían la resistencia y velocidad requeridas para esta actividad.

Debido a lo anterior, en las décadas siguientes se perfeccionó y se dio prioridad a la velocidad de los ejemplares, para lo cual realizaron cruzas con Pura Sangre, que se caracteriza por su velocidad y resistencia. Incluso, se considera al Poni Polo argentino como el caballo por excelencia en este deporte, lo cual no significa que en los demás países donde se practica no críen a sus propios ejemplares.

Características

Su peso medio va de los 400 a 500 kg. Tiene una cabeza bien proporcionada, con perfil recto y quijadas no cortantes y separadas; las orejas son medianas, finas, puntiagudas, bien colocadas; la frente es ancha y amplia; los ojos son grandes, claros, llenos y con brillo, siempre con una expresión vivaz; su hocico es delicado, con hollares dilatados y flexibles.

Los aplomos deben ser correctos y proporcionados, mientras que los huesos, musculatura y articulaciones se prefieren ser sólidas. El tórax debe ser muy amplio, con el lomo y dorso cortos; los cuartos posteriores destacan por ser musculosos, de glúteos voluminosos, muy fuertes, con un descenso del centro de gravedad, lo cual le otorga buen equilibrio.

La parte superior del lomo es larga, inclinada y musculosa, en tanto que los brazos son largos, musculosos, bien dirigidos, mientras los antebrazos, largos, fuertes y anchos, con rodillas derechas. Las rodillas derechas, amplias y secas, lo mismo aplica para los nudos. El cuello debe ser largo, recto, elegante y flexible, bien insertado. En general, su constitución es equilibrada.

Conforme el juego evolucionó, también aumentó la alzada de los caballos, que pasó de 1.38 m hasta 1.48 m en Inglaterra, aunque con el tiempo se prescindió de este límite. Para la década de los 20, el polo, junto con el Poni Polo, llegó a América, donde encontró buena acogida, sobre todo en Argentina, donde la altura ideal es va de 1.50 a 1.56 m, aunque la alzada en machos mayores de cuatro años se permiten hasta de 1.60 m. Su paso debe ser libre, con mucha soltura, elástico, de baja acción; a trote debe ser libre y elástico, pero derecho y de acción baja; cuando galope, debe ser vigoroso, suelto, pero a la vez equilibrado.

Temperamento

Es decidido y a la vez, obediente. Dada su función, deben ser veloces y ágiles, pero a la vez muy dóciles para atender los movimientos y órdenes del jinete. Algo interesante a destacar es que suelen utilizarse yeguas para este deporte, y si bien las razones varían, muchos coinciden en que se debe al carácter de las hembras, que tiende a ser más afable incluso que el de los machos castrados, además de que se dice tienen una mejor construcción muscular, aunque hay quienes apuntan que es por razones económicas (una hembra también da potros que pueden venderse posteriormente).

La selección del Polo Pony es muy cuidadosa, ya que además de velocidad, agilidad, resistencia y maniobrabilidad, nada de lo anterior sirve si su temperamento no se presta para las necesidades del jinete y del juego mismo. Debe ser un caballo que debe responder bien bajo presión, sin ser difícil de controlar o de excitarse. Tiene que seguir las órdenes de su jinete, quien llevará sus riendas con una mano, y estar presto para atender y responder a sus señales (presión con las piernas del jinete, a saber cuándo seguir adelante, cuándo girar y cuándo detenerse). Incluso muchos opinan que un buen desempeño en el campo depende de un 60 % del jinete, y el resto, del caballo.

Función zootécnica

Se dice que un caballo preparado para endurance necesitará más entrenamiento que uno de carreras, pero que el de polo lo necesitará más. Esto se debe a que el caballo de polo debe tener mucho carácter y sus entrenadores deben tomarlo mucho en cuenta porque a la vez debe formarse un caballo que sea manso, afable, pero a la vez resistente y fuerte, por lo que su formación deberá ir de la mano entre el carácter y predisposición del ejemplar y su entrenador.

Su entrenamiento debe hacerse de forma tal que no se recurra a la fuerza, pero que a la vez se muestre liderazgo, para conseguir que sea un ejemplar dócil y flexible, dos cualidades apreciadas en caballos de deportes. Lo que sigue es el entrenamiento en sí, donde mediante señales táctiles se indicará al ejemplar lo que debe hacer (nuevamente, sin recurrir a la violencia), así como un sistema de premios cuando haga lo que se desea que haga. Más adelante se continúa con la etapa de “pilotos” que son jugadores de polo livianos que prueban a los caballos para darles resistencia y de ahí, sigue su formación final ya dentro del campo de juego.

Su entrenamiento comienza hacia los tres años de edad y puede durar hasta dos años. Los ejemplares alcanzan su madurez física completa alrededor de los cinco años y están en su mejor forma entre los seis y siete años, pudiendo competir hasta los 12 años de edad, aunque, según algunas excepciones, y dependiendo del caballo, su salud, así como trato, cuidados y entrenamiento recibido, puede competir hasta los 15 o hasta los 20 años.

Como es importante evitar el desgaste innecesario, lo preferible es que cada jugador de polo tenga más de un Polo Pony, para de esta manera pueda reemplazarlo en cada chukker (o durante el mismo, según la condición del caballo), por lo que es común que en un partido promedio se usen hasta tres ejemplares, para dar así tiempo de descanso entre cada relevo (aunque en partidos profesionales se emplea, al menos, un Polo Pony por chukker)

Por todo ello, es fácil entender que un Poni Polo sea el foco de atención de este deporte, fuerte, equilibrado y sobre todo, con un gran carácter, que lo hace todo un campeón.


Bibliografía

  • Razas equinas, www.produccion-animal.com.ar
  • “El pony, historia del caballo de polo”, www.caminorealpolo.com
  • “Polo Argentino, velocidad, fortaleza, sensibilidad”, www.purahipica.com
  • Argentina Polo Day, blog, https://argentinapoloday.wordpress.com