//El caballo canadiense

El caballo canadiense

Fuerza y resistencia son las características principales de los caballos canadienses, que han sido criados especialmente para las condiciones de Canadá durante milenios.

El caballo canadiense es un tesoro poco conocido de la nación norteamericana. Esta raza rústica desciende de los caballos originalmente enviados al Nuevo Mundo por el rey Luis XIV de Francia a finales del siglo XVII.

Se dice que en el primer viaje, hacia 1665, sólo sobrevivieron dos sementales y doce yeguas, pero se enviaron más ejemplares en otros cargamentos. En total fueron más de 40 caballos, normandos y bretones que eran de ascendencia árabe, andaluza y barb, razas de los cuales aún se pueden ver rasgos en el actual caballo canadiense.

Esta caballada fue propiedad del Rey durante los tres primeros años, posteriormente fueron arrendados a los granjeros a cambio de dinero o potros. Catorce años más tarde ya había 145 caballos en la colonia, y 19 años después había más de 300.

Por cientos de años, los caballos franceses se criaron con poca influencia de razas extranjeras, excepto la frisona que mejoró el trote, y eventualmente dieron origen al Caballo canadiense o Cheval Canadien. Se trata nada menos que del caballo más adaptado a las condiciones de Canadá, gracias a que sus ejemplares se desarrollaron en medio de un clima extremo, con comida escasa y trabajo duro.

El caballo canadiense es rudo, fuerte, tolerante a las inclemencias del tiempo y son extremadamente sencillos de cuidar, cualidades que le han merecido el nombre de Pequeño caballo de acero.

A mediados del siglo XIX, los ejemplares de caballo canadiense oscilaba entre los 150 mil equinos, y podían ser vistos en Canadá y Estados Unidos.

El caballo canadiense ha sido empleado para brindar fuerza y dureza a otras razas y para fundar otras razas norteamericanas como el Morgan, el Tenessee, el Silla americano y el Standarbred. Además, fueron exportados durante la Guerra de los Bóeres para trabajar en las plantaciones de azúcar en las Indias orientales y a Estados Unidos durante la guerra civil norteamericana para formar parte de las líneas de combate, hechos que contribuyeron a que la población de caballos canadienses disminuyera de forma importante. Si a ello se suma la mecanización de la agricultura, el caballo canadiense casi alcanzó la extinción. Entre 1860 y 1870 se calcula que había 400 caballos en existencia y un registro menor a 20 por año. Para finales de la década de 1870 fue reconocida la raza, momento en que muchos criadores se dispusieron a sacarla de la casi extinción.

Bajo el liderazgo del doctor J.A. Couture, algunos admiradores de la raza se juntaron para preservar lo que quedaba de la raza. Sus esfuerzos dieron como resultado el primer stud book en 1886, pero no fue sino hasta 1895, cuando se formó la Canadian Horse Breeders Association, que la crianza de la raza realmente se expandió. Hacia 1907 se comenzó un nuevo registro de la raza con estándares mejorados.

En 1913 el Ministerio Federal de Agricultura instauró un programa de crianza en Cap Rouge, Quebec, donde Albert De Cap Rouge, uno de los sementales más importantes de la raza, fue criado. Hacia 1940 este centro cerró debido a la Segunda Guerra Mundial y el ganado caballar fue completamente vendido.

Años más tarde se estableció una yeguada en Deschambault, donde se criaron caballos con mayor alzada y menos rústicos, aunque los criadores tradicionales preservaron el tipo clásico del caballo canadiense. Hacia 1979 se subastó todo el ganado de la yeguada y la raza se vio en peligro de desaparecer nuevamente.

También hubo otros programas de crianza en Québec que criaron caballos canadienses hasta 1981.

Actualmente, la raza ha cobrado popularidad lentamente y ya se cuenta con 2 mil 500 ejemplares en existencia, por lo que aún es catalogado como una raza en estado crítico por el American Livestock Conservancy.

Características

El caballo canadiense puede clasificarse como un caballo de utilidad general. Desde el inicio de la Nueva Francia fue valioso no sólo para el arado, sino como caballo de carruaje. Los criadores aprecian sus cualidades de fuerza, complacencia y pocos requerimientos de comida. La raza es longeva y los caballos aún son útiles a pesar de estar entrados en años. Las hembras son extraordinariamente fértiles y se reproducen hasta los 20 años, a veces más grandes.

Se trata de un un caballo sólido, con la cabeza cincelada y ojos grandes, bien distanciados. De complexión musculosa y cuello arqueado, posee gran potencia y resistencia. Al andar deja ver su energía y es de aires gráciles.

La mayoría de estos caballos son de color castaño oscuro o claro, aunque la Asociación de criadores acepta otros colores.

Temperamento

En general se trata de un caballo muy dispuesto, fiable, de fácil manutención, cualidades que lo han catapultado como buen caballo de salto, raid y adiestramiento, así como para el trabajo en el campo, aunque actualmente se cría en su mayoría para enganche.

Se trata de caballos con personalidad, bastante sensatos y buenos para la monta de recreo.

Alzada

De 1,50 m a 1,68 m a la cruz.