//El hombre detrás de la FEM, Juan Manuel Cossío: Parte 1

El hombre detrás de la FEM, Juan Manuel Cossío: Parte 1

En México el tema ecuestre está ligado a nuestra historia. Desde que el teniente coronel Humberto Mariles ganó medallas de oro en Londres 1948, individual y por equipo en Salto, nuestro país ha intentado mantenerse, si bien con altibajos, destacando los dos últimos años a nivel continental y en Latinoamérica.

En entrevista para Mundo Equino, Juan Manuel Cossío nos platica de los últimos logros que ha tenido la selección mexicana de Salto ecuestre y el estatus de las otras disciplinas con miras al ciclo olímpico.

Rumbo a Tokio 2020
El ciclo olímpico se compone de centroamericanos y del Caribe, mundial, juegos panamericanos y los olímpicos. Dicho ciclo empezó cuando calificamos por primera vez al centroamericano y no al del Caribe; han crecido tanto los equipos que fuimos a Guatemala a calificar y fue un éxito, ganamos muchas medallas.

En el centroamericano y el Caribe en Colombia, nos tocó concursar en Bogotá. Llevamos Adiestramiento, Prueba Completa y Salto, resultando en la máxima cosecha de medallas que hemos tenido en ecuestres: fueron 13, aunque por cuestiones de doping (con uno de Guatemala y uno de Venezuela), terminamos con 15 medallas. En Adiestramiento por primera vez se ganó en unos juegos centroamericanos, los tres equipos ganaron la Copa de Naciones, ganando oro en Adiestramiento, Concurso Completo y en Salto.

En Lima 2019 quedamos en cuarto sitio en Adiestramiento; estuvimos a sólo tres puntos del bronce, un gran logro, porque no es fácil ganarle a Estados Unidos, Canadá y Brasil. En Prueba Completa superamos el ciclo al quedar en cuarto y estuvimos muy cerca de Brasil para quedar con el bronce. Con Salto teníamos la espinita clavada, ya que en Toronto nos fue pésimo, teníamos ciertas expectativas y no se cumplieron.

Un paso importante: el jefe de equipo
Antes de Toronto, los panamericanos eran de 1.50 m y a partir de entonces se volvieron de 5 estrellas a nivel olímpico: 1.60 m. Habíamos hecho una elección de muy buenos caballos, pero eran para 1.50 m y la pagamos, aunque los jinetes dieron lo mejor.

A raíz de eso, en Adiestramiento tenemos a Garic, en Prueba Completa llevan dos ciclos con Karen O’Connor, una de las mejores entrenadoras y jefa de equipo en Prueba Completa, y en Salto siempre conseguíamos un jefe de equipo temporal, pero el 1.60 m lo cambió todo.

Entonces junto a la iniciativa privada por medio del Indeporte (un estímulo al deporte con Carlos Hank González y Fundación Banorte para llevar a cabo el proyecto Tokio 2020) se obtuvo el dinero. Carlos Hank nos ayudó enormemente, porque debía ser un proyecto muy completo y aprobado por el banco, cumpliendo con el SAT, Hacienda, Conade, y sólo enfocado al alto rendimiento.

Entonces al surgir esta propuesta ya fue posible pensar en contratar un jefe de equipo de primer nivel. Estudiamos varias opciones y estaba Stanny van Paesschen, medallista olímpico de origen belga y que fue jefe de equipo de los árabes. Su principal cualidad es que es muy honesto y además, muy estricto. Al contratarlo decidimos que se le iba a apoyar incondicionalmente en todo para que las cosas funcionaran. Se encargó entonces de escoger a los jinetes, a los equipos y muchos otros cambios.

Y el primer éxito fue Dublín. Conseguir la invitación para asistir fue muy difícil, pues van todos los equipos del mundo y para México la expectativa más grande era quedar en quinto.

Con paso firme hacia el futuro
Yo no pude ir, estaba con Alfredo Castillo en el Sinade (Sistema Nacional de Cultura Física y Deporte), que ahora lidera Ana Guevara. Me hicieron favor de narrarme el evento de Salto y por la puntuación y lo que escuchaba supe que estábamos por ganar el trofeo, aunque pareciera imposible que el jinete irlandés y el francés tiraran algún obstáculo… pero ocurrió. Se me salieron las lágrimas, porque yo soy un apasionado de esta disciplina, además le hemos puesto mucha dedicación, así que tuvimos triunfo en Dublín.

De ahí vino el Nacional, fuimos a Wellington a la primera de Norteamérica donde compite Canadá, Estados Unidos y México para calificar a Barcelona y de ahí a Wellington. Stanny escogió el equipo y nació la expectativa de subir al podio y obtener un tercer lugar. Estábamos reunidos por la tarde, porque siempre hacemos una cena con el equipo, ya que eso une mucho, cuando nos dice Enrique González, el más experimentado: “Mi yegua tiene mucha fiebre y no va a poder competir”.

Estaba presente Manuel González (que ha participado con su yegua Hortensia), considerado el novato, y Stanny le dijo que si quería era el momento de aprovechar la oportunidad. Decidió entonces que el orden de entrada sería el siguiente: uno para Fernando Martínez, dos para Eugenio Garza, tres para Juan José Zendejas y cerrar con Manuel González. Aunque esto los desconcertó, pues pensaban que Eugenio iría al inicio o al final, Stanny puntualizó que Fernando podía dar buena pista y prefería a Garza de segundo.

Y funcionó. Fernando hizo 4 puntos, Eugenio cero, Juan José 4 y Manuel cero: estábamos en primer lugar en la primera vuelta. Pasó lo que tenía que pasar con los otros competidores y Manuel debía hacer cero. Stanny me dijo que lo había estado observando y había notado que era un jinete muy frío, que aguantaría la presión, y en efecto ocurrió porque hizo cero. Entonces ganamos Dublín y la grande de Wellington.

Después de eso, Stanny dijo: “Vamos a meter un equipo joven”. De ahí fuimos a Xalapa, contra Estados Unidos y Canadá, y ganamos. A los triunfos anteriores le sumamos este otro y llevábamos mucha ventaja sobre Estados Unidos y Canadá para ganar la liga, lo cual no es nada fácil: sólo lo hemos hecho una vez en 1.50 m. Para Stanny esta era mucha ventaja y ahora quería foguear gente nueva. Y aunque opinábamos que debía ser el equipo grande, él estaba convencido de que debían formarse jinetes.

De esta forma quedamos en cuarto puesto y ganamos la liga a Estados Unidos, en tanto que Canadá, estando en su casa, quedó fuera para ir a Barcelona. Entonces venía lo bueno, el Panamericano.

El todo por el todo
Teníamos que clasificar a Tokio; por supuesto Stanny escogió el equipo y de ahí llegó el momento de ir a Lima. Ahí nos jugábamos todo, no haber calificado hubiera sido drástico.
Empezamos, nos fue muy bien en la velocidad, entramos en primer lugar y luego tuvieron cero Enrique González y Lorenza O’farril; Eugenio Garza y Patricio Pasquel obtuvieron cuatro. En la primera vuelta ambos hicieron cero y en la segunda obtuvieron cero y cero. Lore no tuvo un buen día y tuvo 20, mientras Enrique, 12. En un momento dado estábamos a nada del oro, el cual no se ha ganado desde 1958 con Mariles y la plata tenía ya 25 años: la última vez que se ganó fue en Mar del Plata en Argentina. La presión para Patricio y para Eugenio era tremenda, porque tenían que hacer cero.

Mientras tanto estábamos fascinados con ambos ceros, que ya valían el bronce. Pero sucedió algo inesperado, porque al dar la puntuación dijeron que era oro para Brasil, plata para Estados Unidos y bronce para México. Y no era así: ¡los jueces se habían equivocado, tenían mal la puntuación! Daniela llevaba una puntuación muy estricta para Stanny y Rafa otra, así que debía ser un error. Pero la premiación era del otro lado de la cancha y estábamos al otro extremo. Rafa corrió cien metros con la consigna de detenerlos. Así que paramos todo, revisaron y obtuvimos la medalla de plata.

Trabajamos de maravilla como equipo y ahí cambió el panorama porque lograrlo fue una hazaña. Tanto para el comité olímpico como para la Conade era muy importante que calificáramos y más porque veníamos haciendo bien todo, entonces ya de ahí lo que nos quedaba era el máster. Stanny siempre dijo que íbamos a calificar y ganaríamos la medalla. Y ocurrió.

Después de eso el equipo se dividió, se fueron al máster. Luego partimos a Barcelona, pero no nos fue nada bien. Hay quien emplea frases como “no se alinearon los astros”, pero a mí no me gustan porque yo no creo en la mala suerte. Si tú te preparas bien, la suerte juega un papel. Puedes decir tuve mala suerte y te echas cinco barras abajo, pues eso no es mala suerte.

También les toca a los más pequeños
Ahora vamos con los infantiles, van muy bien y fuimos al norteamericano. Llevamos a Isaac Parada, que tiene 11 años, y a Arturo Parada, y por primera vez en la historia un niño ganó el norteamericano infantil. Y luego los juveniles por segunda vez lo ganaron, donde sólo entran 10 equipos canadienses, estadounidenses y ganaron por segunda vez; es la primera vez que califican a Europa.

Para viajar a Bélgica los papás como siempre apoyaron. Un doble agradecimiento porque sin ellos muchas cosas no las podríamos hacer. No teníamos caballos, así que Martina Franco llevó al suyo, y nos prestaron otros más de amigos y gente comprometida.

Se conformó el equipo y para Stanny es algo importante porque dice que es una gran experiencia para que vean la diferencia entre Europa y América, y cómo son las competencias fuera de México.

Continuará…

Sharon Barrios Suárez
Editora revista Mundo Equino