//Prodigios del Vaulting para niños y adolescentes

Prodigios del Vaulting para niños y adolescentes

Del vocablo francés voltige, significa “acrobacias”. Se puede practicar como recreación, así como terapia en algunos casos de discapacidad física, intelectual o emocional, pero también como deporte ecuestre, al punto de llegar a niveles de competencia regional, nacional e internacional.

El Vaulting es un deporte muy útil para un desarrollo sano en niños o adolescentes, cuyo entorno actual está muy tecnificado, en lugares cerrados y aislados, por lo que esta disciplina brinda libertad, contacto con un medio ambiente sano con sus pares y con animales. Está diseñado para fomentar el trabajo en equipo, aunque las indicaciones y el progreso son individuales; sirve para descubrir y practicar nuevas habilidades, conocer al caballo y divertirse.

Ayuda a desarrollar coordinación, ritmo, postura, equilibrio, fuerza, resistencia y reflejos, entre otros. También favorece la autoestima o confianza en sí mismo y en los demás: da seguridad, desata la creatividad, mejora la atención y la concentración. En la parte social promueve el compañerismo y la solidaridad, además de responsabilidad y respeto hacia el animal, los compañeros y el instructor.

A nivel académico mejora el aprendizaje, promueve la responsabilidad y el control, motiva para establecer y alcanzar metas. En la relación con el caballo se aprende de él (sus partes, razas, colores) y a manejarlo de forma segura: cómo acercarse adecuadamente, llevarlo a caminar, cepillarlo. Pero también a darle respeto, confianza, cuidados, que es un ser vivo que requiere de atención.

Clases de Vaulting

Inicialmente se trabaja en tener confianza al acercarse al caballo, a subirse en él y a sentir seguridad en el movimiento. Después vienen los ejercicios propios de la disciplina y de los ejercicios libres para las coreografías; se utilizan diferentes implementos (cuerdas, aros, pelotas). Todo esto en un ambiente de tranquilidad con música, lo que estimula el desarrollo del ritmo y la coordinación; se puede practicar en grupo, motivando a ver y apreciar el trabajo de los demás. Las clases se dividen en tres niveles:

Trabajo en piso: se inicia con el calentamiento en piso para preparar el cuerpo para el trabajo sobre el caballo, lograr un mayor rendimiento y seguridad, para evitar lesiones presentes y a futuro. Se utilizan diferentes ayudas como pelotas, cuerda de saltar, aros, cajones, barra de equilibrio, entre otros, para hacer un trabajo de forma divertida, utilizando juegos apropiados para las diferentes edades, siendo un trabajo más especializado para jóvenes y adultos. Para todos se trabaja la coordinación, la fuerza, la elasticidad, la tensión corporal y la relajación. Se acompaña con música para ayudar a manejar un ritmo y desarrollar la capacidad auditiva y de concentración.

Trabajo en barril: el barril es un implemento que asemeja el cuerpo del caballo; en él se realizan los ejercicios y sus correcciones de manera adecuada y segura, antes de realizarlos en el equino. Se puede utilizar el trampolín para ayudar en las subidas y se trabaja de diferentes formas sobre él: con los ojos cerrados, de espaldas, por parejas, todo para obtener mayor confianza y seguridad a nivel personal, en pareja o grupo.

Trabajo en caballo: inicia desde el correcto acercamiento al equino y cómo subirse a él, así como el conocimiento y práctica de los diferentes aires (paso, trote y galope). Se trabaja con el equilibrio, la confianza, la seguridad y la coordinación. Se realizan los ejercicios aprendidos en piso y en barril. También se aplican juegos sobre el caballo para dar equilibrio y seguridad, con práctica de diferentes ejercicios, tanto obligatorios como los de estilo libre para las coreografías. El trabajo es individual, en parejas y de grupo.

Vaulting terapéutico

Muchos están familiarizados con el caballo para programas de movilidad reducida, pero esta actividad tan dinámica forma parte de una terapia (como la equinoterapia). A menudo descrito como danza y gimnasia a caballo, es un deporte divertido en el que la aptitud, el trabajo en equipo y la creatividad florecen y donde la combinación dinámica de monta y acrobacia son a diferentes niveles.

En los programas terapéuticos los vaulters aprenden los ejercicios obligatorios, así como su propio estilo libre. “En el Vaulting de adaptación, nos fijamos en los movimientos para lograr ciertos objetivos como equilibrio, fuerza, coordinación y confianza, pero también tiene que ser divertido”, dice Pete Senn, presidente del Comité de Vaulting de adaptación de la American Vaulting Association. Así, los jóvenes vaulters desarrollan habilidades que van desde sentado al paso hasta ejercicios sobre un caballo en movimiento.

No obstante, todo mundo se beneficia a todos los niveles por las habilidades motoras, el desarrollo cognitivo de comunicación y un sentido de responsabilidad. No sólo son personas desafiadas a alcanzar nuevos niveles, sino también experimentan la alegría de ser parte de un equipo y de relacionarse con el caballo.

Uno de los grandes aspectos del Vaulting de adaptación es su integración en la comunidad de la disciplina. Muchos equipos incluyen la rama terapéutica, formando un equipo de compañeros con y sin discapacidad, esto gracias a que las competencias oficiales ofrecen divisiones tanto en barril como en caballo. Aquellos con alguna discapacidad pueden competir en clases de ejercicios obligatorios y de estilo libre modificados, así como junto a un compañero sin discapacidad en estilo libre (pares especiales) en el barril.

La experiencia y conocimiento de los entrenadores, personal de apoyo y voluntarios garantizan la seguridad de los vaulters en todo momento, creando un medio ambiente divertido y de crecimiento. En EU, muchos clubes también ofrecen programas para veteranos de combate, como el “Vaulting para veteranos”, iniciativa de The Root Farm’s, que les da la oportunidad de formar parte en un evento familiar en la sede.

El equipo Vaulting of Visions, New Jersey, trabaja con jóvenes de Filadelfia en hogares de transición, invitando durante el verano y la Navidad a la granja del club, donde cada uno se asocia con un vaulter profesional. Comienzan el aprendizaje de los movimientos en el barril, y poco a poco se abren camino para probar algunos ejercicios en los caballos y terminar al galope.

“El cambio más grande que veo es que a menudo llegan sin hacer contacto visual, sin sonreír. Pero al marcharse hay gran alegría en sus caras. Pensaban no encajar y no ser capaces de mezclarse con este mundo, pero al momento en que salen, es como si dijeran ‘¡Esto es realmente genial!’. Tienen un sentido de logro. Se abre una ventana en su interior a posibilidades que no sabían que existían”, dice la entrenadora Alison Gieschen.

Historia de una familia

“Cuando Colton se sube en el barril o un caballo, inmediatamente se relaja y se transforma en un niño feliz”, dice Sandra Snyder sobre de su hijo, quien ha sido diagnosticado con el síndrome de Asperger. “Cuando tenía tres años, sus terapeutas lo envolvían apretado en mantas y tiraban hacia arriba y hacia abajo; esto lo relajaba y fueron capaces de conseguir que hablara. Lo mismo pasa con el caballo. Al montar, es cuando vemos alegría y felicidad en él”.

Colton entró en el Vaulting de adaptación a través de su hermana mayor, Raelyn, una vaulter competitiva de Pensilvania. “Ella ama trabajar con su hermano en pareja, porque le da la oportunidad de enseñarle y es uno de los pocos momentos en que Colton se relaja lo suficiente como para aprender con facilidad. Ama transformarse en un personaje de sus películas favoritas y al montar sabe que puede lograr cualquier cosa”.

Confianza, aprendizaje, sentido de pertenencia, seguridad, fuerza, equilibrio, disciplina… Son pocos los términos que pueden describir las maravillas que obra este deporte en todos los que lo practican.