//Nicolás Pizarro, orgullo del deporte mexicano ecuestre

Nicolás Pizarro, orgullo del deporte mexicano ecuestre

Su nombre es sinónimo de triunfo, él es uno de los jinetes más destacados de nuestro país y sus diversos trofeos lo avalan. Su mayor pasión son los caballos, así que no encuentra mejor manera de pasar sus días que montando y enseñando a nuevas generaciones los secretos de la disciplina de Salto.

Nacido en la Ciudad de México y abogado de profesión, inició su trayectoria ecuestre a los seis años de edad en la disciplina de Alta Escuela, incursionando en Salto a los trece. A los diecisiete formó su primer grupo de alumnos, decidiendo dedicarse profesionalmente a este deporte.. Hoy a sus 39 años, el jinete se ha encargado de poner el nombre de México en alto al ser de los competidores más destacados.

Preocupado por dar lo mejor de sí en todo momento, enfocado en el éxito como una pasión más que como un reto, pues para él la competencia es enfrentarse a uno mismo, participó recientemente en el Derby de Spruce Meadows trayendo una medalla para México, concurso hípico avalado por la Federación Ecuestre Internacional, categoría CSIO 5*, realizado a finales de junio. En entrevista para Mundo Equino, el famoso jinete nos habló sobre sus secretos profesionales:

Una vez que descubriste esa pasión, ¿cómo fue tu evolución como jinete?

Fue muy constante desde el principio, empecé poco a poco con pasión, dedicación y mucho gusto. Mientras entrenaba, a la par iba al colegio, aunque debo admitir que siempre quería estar cerca de los caballos, sin evadir mis responsabilidades. Adquirí un compromiso completo con los caballos, decidí investigar más sobre el manejo y mantenimiento de los mismos, es en ese punto en el que entiendo que esto era mi forma de vida.
Acabando la prepa le propuse a mi papá hacer un curso de verano de equitación para así ganar dinero e irme con mis amigos a Europa, pero ¡ya nunca me fui!, ya que los niños que llegaban querían quedarse y cada vez asistían más. Inicié la universidad y al mismo tiempo impartía clases de equitación. Empecé de la nada y llevo 21 años como profesional.

¿Qué es lo que más te gusta del mundo ecuestre, y en particular del mundo del Salto?

Disfruto muchísimo la convivencia con los caballos es un reto y al mismo tiempo una satisfacción enorme lograr una buena química en un binomio.

Para ti, ¿qué significa montar a caballo?

Es un estilo de vida, una pasión en mi caso todo gira alrededor de los caballos, mi familia, mi negocio pero también mi sueño y mis objetivos.

¿Qué tiene de único este deporte?

El caballo, pero no sólo como un elemento indispensable para llevarlo a cabo… lo que hace único a este deporte es la conexión que existe entre el jinete y el caballo, de ahí el término binomio porque son dos elementos en equilibrio y dependientes uno del otro. Además, es un deporte apasionante; la adrenalina se convierte en un factor decisivo durante las competencias.

¿Qué tan exigente es físicamente?

Mucho… Para obtener resultados es necesario estar en buena condición física, tener fuerza y equilibrio. No debemos olvidar que es un animal de media tonelada aproximadamente el que queremos que siga nuestras indicaciones para llevar al máximo su potencial.

¿Cuál ha sido tu caballo favorito y por qué?

Yo te diría que son muchos los caballos especiales que he tenido y en cada etapa han sido importantes pero si tengo que escoger sólo uno yo te diría que Crossing Jordan, el fue mi compañero en el mundial y la olimpiada pero especialmente porque me enseñó muchísimas cosas y hasta el último segundo me demostró que era un guerrero.

¿Qué consideras que es totalmente necesario para destacar en la disciplina como tú lo has hecho?
Disciplina, estoy convencido que si bien no es el único factor es ese que hace la diferencia. Trabajo con mis caballos, los someto a un acondicionamiento de salto. En cuanto a mí llevo una dieta y hago ejercicio, voy al gimnasio.

¿Cuál ha sido tu mejor logro este año, o cuál esperas que sea el mejor?

No sé si el mejor pero quizá si uno diferente es la medalla de bronce que gané hace unos días en el Derby de Spruce Meadows. Es una prueba por demás exigente son 16 obstáculos (25 saltos) 2 combinaciones cerradas, algunos obstáculos naturales como el Devils dyke, el drop, el doble de fosos y la banqueta. En la historia de este Derby solo 25 binomios han logrado hacer cero y orgullosamente fui el número 24.

En tu historial ecuestre, ¿hubo algún momento en el que dudaste de seguir?, ¿cómo fue esa experiencia y cómo lo superaste?

Obviamente he atravesado algunos momentos complicados pero nunca he tendido la duda de seguir… me encanta lo que hago y me llena muchísimo así que solo son experiencias que me han dejado algún aprendizaje.

¿Cuáles son las metas que te fijas en cada torneo?
Siempre trato de ponerme ideales y metas, no me gusta forzarme y pensar en ganar el primer lugar; aunque esa es mi intención cada vez que entro en una pista.

¿Realizas algún ritual antes de salir a concursar?

Soy un poco supersticioso, entonces suelo elegir la ropa que me voy a poner en cuanto llego al hotel, la separo para que esté lista. Y ese día en la mañana todo lo hago con la derecha.

Hablando de las competencias, ¿qué pasa por tu mente cuando estás arriba de tu caballo?

Pasan muchas cosas que no deberían de pasar, lo primero que hago es agradecer de poder dedicarme a mi pasión, también siento compromiso conmigo, con mis patrocinadores, mi equipo y mis alumnos por darles un buen ejemplo.

Y cuándo sientes que estás perdiendo el control del caballo, ¿cómo lo recuperas?

En general unas buenas bases de adiestramiento son las que te ayudan dar la Educación y la fuerza física y evitan justamente el no tener control.

¿Qué momento ecuestre de los que has vivido consideras el más importante y por qué?

Todas y cada una de las Copas de Naciones que he representado a México son igual de importantes pero el mundial y las olimpiadas son como atleta momentos muy importantes en mi vida.

¿Cómo ves la participación de los jinetes mexicanos en competencias
internacionales desde que Stanny Van Paescheen tomó las riendas del equipo?

Nuestra equitación como país ha cambiado y nos pone en una posición muchos más competitiva. Cada vez los resultados son mejores y más sólidos.

Hoy México ha comenzado a ganar terreno y a tener mayor presencia a nivel internacional. Es un camino aún largo por recorrer pero cada vez más encontramos jinetes competitivos y concursos reconocidos en nuestro país.

¿Qué nos puedes comentar sobre el equipo seleccionado rumbo a los
Panamericanos, perfilándose hacia los Juegos Olímpicos 2020?

Competitivo, sólido y con experiencia. Les deseo de corazón el mayor de los éxitos.

Platícanos de jinetes mexicanos e internacionales que admires.

Mexicanos admiro mucho a Jaime Azcárraga, esa hambre y ganas de ganar siempre me han incentivado a ser mejor. Ahora tengo la oportunidad de entrenar a sus hijos lo que es un gran honor.
Internacionales admiro mucho al canadiense John Miller, quién es el jinete más antiguo, el cual admiro bastante por su gran dedicación, amor y paciencia.

Sabemos que en Cuadra Macaria tienen clases para capacitar jinetes de todas las edades en la disciplina de Salto, ¿qué nos puedes contar al respecto?

Así es, tengo la fortuna de encabezar un equipo de profesionales que estamos comprometidos con hacer este deporte una experiencia única y en llevar a cada uno de nuestros alumnos (niños y adultos) a cumplir sus objetivos. Tenemos desde alumnos que se suben por primera vez a un caballo hasta jinetes de Gran Premio y con el más alto nivel que han representado a México y han sido medallistas en certámenes como los juegos centroamericanos, el mundial y también en diferentes copas de naciones.

¿En qué momento decides crear tu propia escuela?

Siempre tuve muy presente que quería poner mi propia escuela. Debo agradecer a mi madre pues fue ella la que me incitó a siempre realizar mi sueño, para que me dedicara más a mi pasión, entonces me decía: “No es tan fácil encontrar tu pasión, ya la tienes, dedícate a ella”.
Cuadra Doña Macaria inició siendo el criadero de caballos españoles de mi abuela, después se volvió el hípico, más adelante se convirtió en la Cuadra Macaria. Actualmente administramos cerca de 90 caballos, asisten alumnos de todas las edades y categorías. En Cuadra Doña Macaria somos una familia, es mi pasión de vida. No es mi esfuerzo individual, en realidad es el trabajo en conjunto.

Hemos visto a tu hijo participar en varios eventos, ¿como te sientes al respecto y cómo lo ves en algunos años?

Que te puedo decir me llena de emoción y orgullo. El año pasado ganó la calificativa en Canadá para participar en el mundial infantil que fue en Uzbekistán y quedó 7o lugar. También mi hija está compitiendo y pues me da muchísima ilusión que a los dos les atraiga la misma pasión que a mi.


¿Por qué involucrar a las nuevas generaciones en este deporte?

Porque es un deporte increíble ya que tienes la oportunidad y el reto de lograr una estrecha comunicación con el caballo, también requiere disciplina y entrega; pero especialmente porque, como en todo, es inyectar sangre nueva al deporte para poder lograr una combinación de energía y experiencia y alcanzar así más y mejores resultados para nuestro país.