//Coaching asistido con equinos para jóvenes

Coaching asistido con equinos para jóvenes

No nacemos sabiendo ser padres. Llegar a la adultez es un camino sembrado de retos, dudas y preocupaciones, en donde el modelo más cercano que tienen niños y adolescentes para acompañarlos en su crecimiento, somos nosotros, sus padres. Por otra parte, solemos quejarnos de nuestros hijos, de su falta de compromiso, de la ausencia de responsabilidad. Entonces la primera pregunta que debemos hacernos es si hemos sido un modelo adecuado para ellos, si somos esas figuras justas, correctas, congruentes y felices que requieren para su crecimiento. 

El caballo, con su modelo social y biológico, es uno de los más parecidos al del ser humano. Recuerdo haber pasado, después de un accidente ecuestre, cientos de horas observando el comportamiento de mi manada en semilibertad, y el aprendizaje que me dio fue fenomenal. Esta experiencia, aplicada al aprendizaje/coaching asistido con equinos, ha sido entonces una consecuencia lógica para el desarrollo de competencias y la búsqueda de talentos, especialmente en niños y jóvenes. 

Inteligencia emocional

Sin duda, los caballos son nuestro espejo. Debido a su capacidad de descifrar el entorno y de reaccionar a los estímulos externos, nos muestran de una forma muy física y tangible los sentimientos y emociones que tenemos. 

Poseen una vida social rica y compleja, además de presentar una gama de emociones tan extensa como la nuestra. Pero con la diferencia de que nunca las reprimirán y más bien tienen una forma muy clara de enseñar y externar cada una de ellas. La mayoría de los jóvenes que acuden a nuestras sesiones de coaching son remitidos por problemas emocionales y psicológicos. 

Depresiones, conductas inadecuadas, síndromes de todo tipo, son algunos de los padecimientos por los cuales estos pequeños pacientes nos son enviados. Si les preguntamos cómo se sienten, la mayoría de ellos no tendrá una respuesta clara. La primera tarea entonces, consiste en ayudarles a descifrar el comportamiento de los equinos para que puedan comprender sus propias emociones y sentimientos; además explicarles, a través de aquellos, que son una consecuencia a situaciones o comportamientos inadecuados y sobre todo, que sus propios cambios emocionales tendrán un impacto positivo o negativo sobre su entorno. 

En otras palabras, ellos tienen la posibilidad de modificar su mundo cercano al entender, canalizar y modificar su propia conducta. Y algo muy importante: los caballos siempre reaccionarán en el aquí y en el ahora, lo que nos da una herramienta extraordinaria para observar, experimentar y reconocer que toda acción nuestra tiene una reacción en los demás y en la vida propia.  

Contar con este conocimiento impide a los jóvenes caer en la trampa de la victimización emocional. El equino no espera a que los demás lo coloquen en situación de riesgo o incomodidad: es leal a sus emociones y siempre buscará el mejor sitio emocional y físico para estar seguro y tranquilo. 

Seguridad y autoestima

Los males sociales actuales son comparables a los que teníamos cuando éramos niños, sin embargo, la sociedad ha evolucionado y ni se diga los medios electrónicos de comunicación; esto, aunado a los cambios en la sociedad misma, ponen al joven en situaciones emocionales todavía más críticas. Si bien la necesidad de ser aceptado y valorado ha sido indispensable en esta etapa de crecimiento, también es un hecho que la falta de valores y de principios morales en casa y en el entorno, junto con la ausencia física de los padres de familia, inducen a los menores a buscar este reconocimiento en sitios y personas que no son precisamente los correctos. 

Los potros en cambio son educados por la manada. La madre da un acompañamiento cercano para preservar su integridad física y emocional, pero los demás miembros juegan un rol tan importante para el desarrollo integral de la cría tal como lo hace su progenitora. Los compañeros de juego son potros de una edad aproximada, los cuales le permiten medir sus fuerzas, conocer sus habilidades, jugar y desarrollar sus competencias físicas y mentales. Por su parte, los “tíos” nunca pierden de vista a los jóvenes y tienen la autoridad necesaria para prodigar tanto castigos como regaños propicios y correctos, en el momento justo y con la intensidad necesaria. 

Es así que se les enseñan límites, reglas, respeto, valores que ellos podrán aplicar a su propia vida cuando llegue el momento del destete o de la independencia. Trabajar con los novatos y observar estos comportamientos a través de la manada haciendo un comparativo con sus propias vidas, les ayuda a encontrar el entorno adecuado, a buscar apoyo y las respuestas acordes a sus necesidades. 

Esto es: saber tomar decisiones asertivas, reconocer sus debilidades y valores, entender que existen núcleos sociales peligrosos y otros más seguros que ayudan a levantar la autoestima, a confiar en la intuición y preservar su propia integridad. 

¿Qué pueden aprender niños y adolescentes en estas sesiones?

El trabajo a través del aprendizaje/coaching asistido con caballos tiene múltiples beneficios. El autoconocimiento y la autoobservación conforman un instrumento muy útil para ubicarse y reconocerse como un ser humano auténtico y valioso. 

El equino es un ser de presa que vive siempre en el presente, reaccionando de una manera inmediata a los estímulos externos, propiciando un medio único de prueba-error, lo cual propicia un lugar adecuado y seguro para entender que nuestras emociones y conductas influyen en todo lo que hacemos. 

Los jóvenes aprenden a modificar sus respuestas en función de los resultados obtenidos, por lo que la dinámica con esta especie es experiencial e involucra todas las formas de aprendizaje (mental, físico, emocional y espiritual), lo cual lo hace más eficiente y duradero. 

Apoyarse en el modelo equino permite que los adolescentes tengan la oportunidad de fortalecer su carácter sin perder de vista que existe un medio social que hay que tomar en cuenta, podrán aprender a sobrellevar sus propias dificultades y transformar los retos en oportunidades en vez de fracasos, recibirán herramientas indispensables para un buen vivir liberando de esta forma la fuerza interior y el poder de la creatividad con una percepción nueva, un mundo de cooperación, respeto y congruencia. 

Guiar a los jóvenes forma una parte muy importante de la misión que los profesionales dedicados al aprendizaje asistido con equinos tenemos. Al fin y al cabo, el futuro de las naciones depende de ellos. Ni más ni menos.