El evento de Salto ecuestre más esperado y exclusivo llegó a las instalaciones de Campo Marte en la Ciudad de México. El tráfico vehicular de la zona hizo más lenta la llegada al recinto y anunciaba que algo importante estaba por suceder; incluso sobre avenida Reforma podían verse un par de pendones alusivos al evento. Algunos autos buscaban estacionamiento y otros más se orillaban para bajar a los muchos pasajeros que iban arribando. Los peatones se mostraban relajados, porque al fin habían llegado.

Familias y grupos de amigos hicieron fila para la revisión de sus boletos, y con euforia se encaminaron rumbo a la entrada oficial donde fueron recibidos por sonrientes chicas de diferentes marcas patrocinadores que lucían uniformes de amazonas. Ahí dio comienzo la aventura.

Festival de múltiples colores

Es primavera y los rayos del sol están más intensos que nunca, pero eso no impidió a los aficionados estar presentes. Algunos vestían elegantes, otros prefirieron usar ropa fresca aunque debido al clima, la mayor parte portaba sombrero y lentes oscuros.

Para llegar a las gradas y palcos, fue necesario recorrer el Village Comercial, la zona comercial. Ahí, marcas de lujo como Massimo Dutti y Palacio de Hierro convivieron armoniosamente con las carpas donde se ofertaban artesanías nacionales elaboradas por los pobladores de las delegaciones Xochimilco, Tlalpan y Miguel Hidalgo.  

La decoración del lugar era indicativo de algo muy esencial, de un gran orgullo mexicano. Obras de arte en forma de cráneos gigantes conocidos como “mexicráneos”, estaban dispersos por la zona y, con bastante curiosidad, la gente se acercaba para admirar los detalles y tomar fotos. Papalotes revoloteaban cada tanto, surcando el cielo junto a la majestuosa bandera de 100 m que ondeaba orgullosa en la sede.

Un mini desfile dio la bienvenida. Un letrero con el logo de la Ciudad de México por delante y con la elegancia que las caracteriza, caminaron juntas la Catrina, María Félix, Diego Rivera, Frida Kahlo y otras calacas extravagantes que vinieron del más allá para amenizar el día. La música no podía faltar, por eso un esqueleto tocaba y bailaba con un pandero, con un vistoso vestido que hace alusión al tradicional papel picado. Detrás de esto, una monumental calaca de papel maché acaparó la atención. Sólo en el Longines Global Champions Tour (LGCT) es posible celebrar el Día de Muertos en pleno abril.

Apenas habían terminado su recorrido para instalarse en las letras de la CDMX y posar por varios minutos, cuando sonó una tuba al ritmo de la flauta y la tarola que acompañan a un caballo de tela maniobrado por tres personas. Como si se tratase de la promoción de un circo, un hombre invitaba a la gente a conocer al único caballo de seis patas. Adultos y niños rieron por igual.

Mientras tanto, bajo una gran carpa de colores, acogedoras bancas y mesas de madera invitaron a las personas a reunirse para beber una cerveza fría, saborear un helado o simplemente platicar y refugiarse del intenso sol. Muy cerca estaba una pantalla gigante, para que sin importar si tardaban en consumir sus alimentos, pudieran ver la competencia con tranquilidad.

La pista fue preparada a gran velocidad. Cada patrocinador contaba con su propio obstáculo que se adaptaba dependiendo de la prueba; por eso un grupo de personas corría de un lado a otro para acomodar todo al terminar cada competencia y, al mismo tiempo, un carro especial era encargado de restaurar el pasto. Podían verse algunos jinetes y amazonas caminando para concentrarse y conocer la zona donde competirían.

México, la sede más popular y querida entre los participantes

Aunque este torneo tiene varias sedes alrededor del mundo, nuestro terruño le da un toque diferente a la pista. La alegría que destaca en nuestro país es representada con el logo de la ciudad, mexicráneos llamativos, la escultura de un caballo y alebrijes que se escaparon un rato del Museo de Arte Popular (MAP) porque no querían perderse este evento. No hay duda, el diseño de la pista representó un gran reto por la incorporación de varios elementos y su diseñador, Javier Trenor Paz, lo sabe. No permitió que más de 15 jinetes pasaran a la ronda de desempates en cada trofeo.

Se anunció que la próxima competencia estaba por empezar. La gente se acomodó en los palcos o gradas para ver el espectáculo, otros se acercaron a la valla para estar más cerca y ver pasar a los magníficos binomios a tan sólo dos metros de distancia. Los celulares estaban listos para no perder ningún detalle.

Aunque cada quien tiene a su jinete favorito, todos los asistentes ofrecieron energía para aplaudir cuando lo consideraron prudente. Betzabeth fue una de las personas asistentes que más contagiaba con su emoción (incluso a los que no la conocen), contaba los minutos y alistó un gran caballo de fomi al que le pegó unas letras que decían “Mane”.

Su intención era clara: mostrar todo su apoyo y cariño al jinete brasileño XXX. Pero Mane no es el único en su corazón, esta alegre chica venía preparada y traía también un detalle para el jinete italiano Lorenzo de Luca con quien, insistía, se tomaría una foto más tarde.

El reloj iba en cuenta regresiva, con la bandera mexicana ondeando desde el estandarte y el claro cielo azul que indicaba sería un gran día. Los participantes realizaron el calentamiento necesario para rendir al 100% y obtener los resultados esperados. Comenzó así la contienda. Hermosos caballos, así como los elegantes jinetes y amazonas, recorrieron la pista antes de ser presentados. Una vez listos, iniciaron el circuito de saltos.

La tensión era total, con la multitud silente por momentos. Un ejemplar relinchando, su trote estremeciendo al público y los saltos que dejaron a todos boquiabiertos. No sólo hubo aplausos constantes, también expresiones de enojo cuando una falta era cometida en quien se esperaba pasara al desempate con cero faltas.

La majestuosidad del deporte fue grabada y fotografiada desde los dispositivos móviles para más tarde ser compartida a través de las redes sociales. Así, los seguidores de los asistentes pudieron compartir la emoción del LGCT 2019 aunque no estuvieron presentes. Todos buscaron la mejor foto.

Emoción y adrenalina en cada competencia

Al terminar las vueltas, se indicó el puntaje obtenido y, sin importar los resultados, los jinetes le dieron a sus caballos una tierna palmada en el lomo para decirles que lo habían hecho bien; es un signo de felicitación por el esfuerzo realizado. En este deporte el jinete o la amazona y el caballo son un equipo, por eso  fortalecer el lazo que los une es sumamente importante.

Por cada trofeo participan entre 30 y 50 caballos, todos con un estilo único, pero dispuestos a dar lo mejor. Sólo los mejores son seleccionados para el desempate. El tiempo, los obstáculos derribados y las desobediencias son elementos cruciales para llevarse el deseado trofeo de cada competencia, algunos valuados en miles de pesos y otros en miles de euros.

Luego de que los finalistas fueron nombrados, comenzó un breve receso que dio paso a la ronda final de desempate. Nadie descansó realmente porque la expectativa aumentaba de forma radical, ya que la parte más dura de la competencia va acompañada de grandes retos, mejores tiempos y adrenalina total.

Durante el desempate todo podía suceder y un cúmulo de emociones explotaba conforme los participantes iban siendo ranqueados. Cuando finalmente se dio a conocer a los vencedores, se anunció el último receso para preparar la ceremonia de premiación. Los espectadores comentaban entre sí: algunos se mostraban contentos con los resultados, otros no tanto, mas todos convivieron y disfrutaron respetuosamente.

Sonó la música de la victoria y todo mundo estuvo listo para ver desfilar a los ganadores. Al volver a la pista, iban acompañados de un tradicional mariachi. Todos lucían sonrientes y agradecidos por los aplausos y el apoyo del público.

Al llegar a la zona donde recibirían el trofeo, la prensa y otras personalidades importantes ya los esperaban: el presidente de la FEM, Juan Manuel Cossío, así como jueces oficiales y directivos de las marcas patrocinadoras. Una vez terminada la ceremonia, a galope y de forma coordinada, caballos y jinetes recorrieron la pista para el deleite de los asistentes, quienes con aplausos demostraron nuevamente su admiración total. Era la vuelta de la victoria.

Para los aficionados de corazón, esto apenas comenzaba. Algunos se dirigieron a la zona VIP para felicitar personalmente a los que lograron triunfar y tomarse la selfie del recuerdo. Entonces sólo quedó esperar el resto de las competencias para volver a tener las emociones al límite, doce más en total. Y cuando todas las competencias programadas terminaron, únicamente resta esperar pacientemente la llegada del tour a nuestro país en el 2020.