Esta práctica ayuda a que los jinetes comprendan lo extraordinario que puede ser un caballo, pues te acerca a él, te demuestra la valía que tiene y por qué es bueno cuidarlo y respetarlo. Dentro de mi experiencia he logrado participar en campeonatos metropolitanos y nacionales, así como en la categoría superior. Algunas temporadas me desempeñé en Salto, pues la adrenalina que otorga esta disciplina te inspira.

Sin duda, otra de las prácticas fundamentales es la Doma Clásica, pues con ella se logra desarrollar un caballo tranquilo, elástico, ágil, flexible, obediente y confiado. Su dificultad versa en que se deben dominar varios movimientos y ejecutarlos de tal forma que se vean naturales, el piaffe y el passage son algunos de los que cuestan más, pero al lograrlos es posible aspirar a participar en eventos más importantes, en categorías de Gran Premio. Para participar en Juegos Olímpicos hay que montar una serie de pruebas selectivas en la categoría de Gran Premio, cumpliendo con un mínimo de 64 % en tres o cuatro concursos internacionales que serán juzgados por un panel de jueces oficiales de la Federación Ecuestre Internacional, quienes tienen un cargo de 4 a 5 estrellas. El país ha participado en múltiples citas internacionales con  grandes triunfos, consiguiendo medallas en Juegos Centroamericanos y Panamericanos, donde se ha demostrado que el deporte ecuestre puede crecer más.

Dentro de las aptitudes que debe tener un binomio están la disciplina, el conocimiento de la técnica, un buen instructor, la afición, el amor por el caballo, la constancia y sobre todo, seguir los pasos que otros jinetes han recorrido. Reiner Klimke o Charlotte Dujardin son ejemplos a seguir, aunque otros ejemplos también sirven de inspiración, como es el caso de la amazona neozelandesa Julie Brougham.