Hablar de charrería, el deporte nacional por excelencia en México, es hablar de un deporte ancestral, con mucha historia, pero que sigue vigente y en el que no puede faltar la participación de las “damas de a caballo”, quienes en grupos de al menos seis amazonas conforman una escaramuza charra con el fin de dar una exhibición.
Un espectáculo sin parangón
Cada vez que se presenta o compite una escaramuza charra es un gran espectáculo que pone “la piel chinita” al verlas montadas, luciendo coloridos vestidos a la vieja usanza, llenos de holanes, ejecutando un majestuoso “ballet a caballo” a gran velocidad. Su actuación hace que todo el público se estremezca con sus arriesgados y precisos movimientos, bellas evoluciones y cruces perfectos.
En una charreada siempre se incluye a las escaramuzas, que suele ser un grupo de ocho damas a caballo que realizan evoluciones coreográficas, a galope, demostrando su dominio sobre el animal y montadas “a mujeriegas”, es decir, de lado y en una albarda charra, con ambas piernas sobre el lado izquierdo de su caballo y ataviadas con el vestido de Adelita o de ranchera.
Breve historia
A Rosita Lepe, hija de don Filemón Lepe y reina de la Nacional de Charros, se le debe la adaptación entre las albardas antiguas y la tradicional silla del charro para crear una albarda confortable, de mayor seguridad para las damas de a caballo y con un estilo peculiarmente charro.
En 1952, siendo don Everardo Camacho Mora presidente de la Asociación Nacional de Charros, e instructor de la Escuela de Charrería el señor Luis Ortega, formaron la primera agrupación con tres niños y tres niñas, a la que llamaron “Carrusel”, y fue el nacimiento de lo que hoy es la escaramuza.
Estos niños, de las familias Ruiz Loredo y Camacho Elorriaga, ejecutaban evoluciones a caballo como “sígueme”, “lo que hace el de adelante lo hace el de atrás”, “encantados”, y otras. Fue una novedad y empezaron a presentarse en diferentes charreadas con los acordes de la música de “Las coronelas”. Posteriormente se apoyaron en la gran jinete Malena Lucio, maestra de un sinfín de niñas y precursora de la escaramuza charra. A este grupo, don Everardo Camacho lo anunció como “escaramuza charra”.
Tiempo después, debido a la novedad y crecimiento, el grupo comenzó a salir a diferentes partes de la República dejando huella, por lo que empezaron a imitar al “Carrusel”. Después los niños fueron sustituidos por damas, integrándose así la primera escaramuza charra femenil. Poco a poco creció el interés de muchas jovencitas por practicarlo, creándose innumerables grupos dentro y fuera del país.
El valioso papel de la mujer
La participación de la mujer en la charrería es hoy por hoy muy valiosa, intensa, productiva y con mucha presencia. Además de ser integrante de un gran espectáculo, son brillantes sus coreografías, y suelen ser tan emotivas sus representaciones que los espectadores aplauden y vitorean. No sólo es formar parte de alguna escaramuza, sino preocuparse por la promoción del deporte, del desarrollo de diferentes actividades culturales, sociales, fomentando el deporte nacional por excelencia y nuestra cultura, ya que al término de cada charreada o competencia se debía interpretar el “Jarabe tapatío”.
Cómo compiten
Deben presentar una rutina obligatoria que consta de 12 movimientos, con diferentes valores y grados de dificultad, mismos que deben ejecutarlos con precisión, cadencia, armonía y al galope, ya que se sancionan bajándole puntos a cada movimiento por cometer errores tales como distancias diferentes, momentos de ejecución sin perfección, por tener ejercicios abiertos (con más distancia de la permitida entre cada jinete), según el valor del movimiento.
Así como también se sancionan si existen trotes de los caballos en los ejercicios, ya que toda la rutina debe ser presentada a galope. También se bajan puntos si hay roces entre las competidoras, si se montan a horcajadas, si se caen con o sin caballo, si el caballo se rehúsa a seguir una orden, si se pierde algún arreo o parte de su vestimenta, entre otras sanciones. Además de la rutina, cada equipo presenta dos puntas (que es sólo una parte de una cala de caballo), donde se demuestra la buena rienda de la cabalgadura.
A partir de 1996 se dividieron en tres categorías dentro del sector femenil para tener una competencia más justa entre las participantes:
- Categoría infantil “A” (hasta los 11 años).
- Categoría infantil “B” (hasta los 15 años).
- Categoría libre (sin edad límite).
A la escaramuza se le considera como un deporte de alto rendimiento, totalmente reglamentado por la Federación Mexicana de Charrería (máxima autoridad charra de México), con una gran diversidad de movimientos con alto grado de dificultad y que requiere de disciplina, entrenamiento constante y mucha práctica en conjunto, con habilidad y destreza. Es un deporte arriesgado, por lo que el ver galopar a ocho chicas haciendo un binomio con su caballo, crea un espectáculo sin precedente dentro del deporte nacional.
Continuará…