En el mundo, sólo 40 personas han logrado ser jueces categoría 5* ante la FEI, entre ellas una mexicana, Maribel Alonso, con quien platicamos sobre su trayectoria y el panorama del deporte ecuestre en el país.
Los deportes ecuestres fueron incluidos en los Juegos Olímpicos en 1900. La primera disciplina hípica que se incluyó fue el Salto, y para 1912 ya se practicaba el formato actual. Sin embargo, su historia es mucho más antigua, pues las contiendas ecuestres han tenido cabida en este evento desde las pruebas olímpicas que se realizaban en Grecia, allá por el año 680 a. de C., donde se practicaban carreras de carros y caballos, según documentos históricos que retratan la dinámica de este tipo de juegos.
Si bien la categoría existía, no estaba disponible para el público en general, pues estaba restringida para oficiales de caballería que entrenaban a los caballos con el fin de moverse con mayor precisión en los campos de batalla. Fue hasta 1952, en los Juegos Olímpicos de Helsinki, que se levanta la restricción y tanto civiles como mujeres pueden tener parte en la competencia deportiva.
La Doma Clásica se disputa en un recinto de arena de 60 x 20 m y consiste en tres rondas: Gran Premio, Gran Premio Especial y Gran Premio estilo libre. Se trata de un deporte olímpico único, ya que es la disciplina deportiva en la que participan hombres y mujeres en la misma competición, sin distinción de género.
Una jueza mexicana
México ha destacado en esta disciplina y ha logrado preseas de oro y bronce; sin embargo, uno de los aspectos que se llega a olvidar es la evaluación de este tipo de encuentros. En este sentido hay que resaltar que nuestro país participa activamente con una jueza grado 5*: Maribel Alonso de Quinzaños, amazona y amante de los équidos que ha logrado estar en todos los continentes del mundo, registrando y calificando a los mejores en el deporte.
A la corta edad de ocho años, Alonso tuvo su primer encuentro con los caballos, esto gracias a que un tío materno la llevó a montar y le transmitió la admiración y respeto que tenía por estos seres, mismos que han acompañado a la profesional durante toda su vida. La pasión que surgió desde ese instante y el crecimiento que le otorgó la disciplina fueron creciendo conforme pasaron los años; según sus propias palabras: “el tener al caballo como parte de mi vida, poder trabajar con él, es algo que me fascina, una suerte indescriptible”.
Formación de un juez
Uno de los lemas que ha mantenido la carrera profesional de Alonso ha sido el no limitarse, pues ella considera que a base de trabajo y dedicación es posible hacer cualquier cosa. Como bien señala en entrevista “las limitaciones nos las imponemos nosotros y es importante creer en nosotros para poder realizarnos”. Si bien ella empezó a montar a los ocho años, la primera vez que juzgó internacionalmente fue hasta 1993, cuando tenía el título de juez FEI 3*. Posteriormente, en 1995, fue promovida a juez 4* y para 2006 logró el nivel 5*, el más alto al que se puede aspirar como juez FEI.
A pesar de que México contó con un juez en los JJ. OO. de 1968, el Sr. Julio Herrera, la selección de jueces se hacía de forma distinta a como se hace actualmente, por ello la relevancia de su nombramiento, ya que el título que actualmente tiene le permite juzgar juegos olímpicos y juegos ecuestres mundiales, lo que la convierte en una juez única en el continente, por ser la primera latinoamericana en lograr este título.
Las claves que la llevaron a lograr este nombramiento fueron la pasión y el arduo trabajo, no obstante hubo algunos eventos específicos que marcaron su trayectoria, entre ellos el hecho de haber formado parte del Comité de Adiestramiento durante 13 años y de ser jefa de equipo durante 12 años en este mismo comité. Además, fue integrante del Comité de Nominaciones de la Fédération Equestre Internationale (FEI), deputy chair del Grupo Regional al que México pertenece, así como miembro del consejo del International Dressage Officials Club (IDOC) y miembro del Comité de Dressage de la FEI.
Otro de los eventos en el que fue partícipe fue el Concours Hippique International Officiél (CHIO), donde más de 350 jinetes de 30 países se reúnen en los Soers, un espacio al norte de las praderas de Aachen, y en el que más de 550 caballos concursan ante una audiencia de 400 mil espectadores. Además ha sido juez en dos JJ. OO., los de Londres 2012 y en Río 2016, concursos donde los mejores participan y en los que ha evidenciado su capacidad como evaluadora de la disciplina.
¿Cómo evaluar?
Al preguntarle sobre cuáles son los aspectos técnicos que debe dominar un binomio, Alonso indica que la compenetración entre caballo y jinete es clave, pues a partir de ésta se podrá percibir una mano estable, armónica, en la que se denote energía, elegancia y técnica. Sin embargo, también dice que “un binomio excelente puede tener un mal día, y aunque sea un caballo de calidad, se tenga una gran monta, exista elegancia, suavidad, armonía, fuerza y poder, si no se logran concentrar en conjunto no es posible transmitir estos aspectos que en teoría dominan”, puntualiza la experta.
Evaluar JJ. OO. es igual en términos técnicos que cualquier otra competencia, lo que cambia es el nivel que tienen los jinetes y la magia que envuelve al evento, pues se trata de una contienda entre los mejores del mundo lo que hace que no exista diferencia de ningún tipo y se midan por igual. En un evento olímpico no existen razas, géneros, ni edades, pues la excelencia puede ser alcanzable para todos los que demuestren disciplina y pasión por este deporte.
En este sentido destaca que en México existen binomios de gran renombre, como Bernadette Pujals, quien concursó en los pasados Juegos de Río con su caballo Vincent; Patrick Burssens es otro de los binomios destacados, quien en conjunto con Emir, han logrado tener una importante participación en juegos centroamericanos y panamericanos. También mencionó a Antonio Rivera, Omar Zayrik, Joaquín Orth, José Luis Padilla, Cristóbal Egerstrom, Margarita Nava, Enrique Palacios y otros jinetes más, quienes han logrado una posición destacada en contiendas mundiales y han representado a México de forma sobresaliente.
Sobre lo que Maribel Alonso puede aconsejar a los jóvenes jinetes que aspiran participar en una competencia internacional, recalca que “los caballos nos dotan de una paz espiritual, nos otorgan una comunión que va más allá de las palabras y que sólo es posible compenetrarse con ellos si existe amor por el otro ser vivo. Además es importante no conformarse, debemos buscar la excelencia en las opciones que la vida nos brinda y sobre todo es importante aprender de los demás, pues los sueños se hacen posibles si trabajas día a día por ellos y te ayudas de los expertos que han logrado posicionarse”. Esta filosofía la refleja con su dedicación, y por cómo el caballo ha formado parte de su vida.
Panorama nacional
Contar con un caballo con tres buenos aires, gran conformación, que se mantenga sano y cuente con un buen programa de entrenamiento, será el primer paso para tener un binomio exitoso. Si se desea alcanzar prestigio a escala mundial es necesario que éste pruebe sus habilidades en competencias nacionales e internacionales, pues éstas le darán experiencia y confianza a la hora de participar en olimpiadas o competencias similares.
Para lograr esto, opina Alonso, es necesario que la crianza de caballos dedicados a este deporte sea menos costosa, pues a pesar de que se crían muchos caballos para deporte, éstos no se pueden adquirir, pues algunos de ellos pertenecen al ejército y otros más son muy costosos.
“Dependemos del extranjero en un alto porcentaje para adquirir caballos, lo que encarece al deporte. Además la situación económica y política del mundo, y en particular la de México, no es ajena a los vaivenes de la estabilidad, es por ello que la parte financiera juega un papel preponderante, tanto en la adquisición de caballos, como en la contratación de entrenadores y profesionales del deporte”, hace hincapié la jueza internacional.
Una de las oportunidades que ve la experta es la inversión, tanto por particulares, como por parte del Gobierno Federal, esto para poder tener una educación deportiva más social, en la que se reflejen patrocinios y un programa político adecuado. “Un país de deportistas será un país disciplinado, un México donde la juventud estará enfocada a cultivar el espíritu y la competitividad y no el ocio y las adicciones”, resalta Alonso.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 70 % de los adultos en México tiene problemas de obesidad, lo que ha acarreado otra serie de problemas en el país, como son muertes por cardiopatías, incremento en la demanda de servicios de salud y problemas financieros en las instituciones sanitarias.
Por ello, plantear una cultura deportiva desde la infancia y juventud es clave para tener adultos más sanos, esto sin contar los beneficios psicológicos que el deporte otorga. Alonso indica que este tipo de inversiones serán más redituables para el país y son una gran posibilidad para posicionar a México en los primeros lugares de la disciplina.