“Normalmente hacemos sesiones de martes a jueves; primero tenemos un trabajo de piso, que es trabajar al caballo nada más como adiestramiento; los miércoles normalmente tenemos gimnasia para el caballo, donde ponemos una serie de obstáculos seguidos para que el animal trabaje un poquito su balance, su salto, se trabaja un poco a él, y los jueves se hace un recorrido como una pista de concurso, ya como un binomio”, explica Alejandro Mills, jinete de Salto.
Previo al gran día, Alejandro hace énfasis que el concurso de Salto es como cualquier deporte de alto rendimiento, basado en constancia, voluntad, disciplina y mucho autocontrol, físico y mental.
“A muchos les cuesta aprenderse la pista, se ponen nerviosos. Muchos jinetes manifiestan una ansiedad que no saben atenuar y eso también le pasa al caballo, que también tiene estrés, ve cosas nuevas, no sabe a dónde va. De alguna manera es normal, pero hay que saber controlarlo”, confiesa quien fue parte del equipo mexicano que logró el pase a los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe.
México en el mapa ecuestre mundial
En su papel crítico y tratando de ser objetivo, Alejandro Mills dibuja con las manos dos puntos de extremo a extremo en mesa, donde México está en un lado y Europa en otro, sin embargo, asume que nuestro país ya aparece y ese es un paso muy importante, de ahí que por tercer año consecutivo se tendrá el evento hípico más importante del mundo, el Longines Global Champions Tour.
“Comparados con Europa, hay una gran diferencia con la equitación aquí, principalmente por el tema de la cantidad de caballos y de jinetes profesionales que hay en el Viejo Continente. Es muy importante entender ese concepto porque México no es un país profesional en el deporte ecuestre, es decir, que no tiene un número abundante de jinetes dedicados exclusivamente a la actividad.
‘Un jinete que tiene que dar clases a sus alumnos ya va en desventaja con quien no tiene que hacerlo. Los de Europa van con un grupo de caballos y sólo tienen que concentrarse en sus animales, no en otra actividad. Además tienen más tiempo, mejores caballos y más soporte económico. Allá hay una cantidad de caballos muy importantes porque ahí los crían; nosotros somos consumidores, igual que los estadounidenses; los caballos deportivos, de Salto, nacen y se hacen en Europa”, explica sin titubear.
Sin embargo, lejos de mirar un panorama pesimista, Mills asegura que se ha crecido y es notorio: “Hace cinco años apenas empezábamos a hacer concursos internacionales en México. Hoy tenemos una cantidad muy importante. Desde inicio de año se comienza con actividad, ahora casi cada mes hay concursos; eso nos da puntos ranking para el mundo, y a pesar de esa diferencia con Europa, estamos acercándonos cada vez más.
‘Tenemos mejores caballos, cada vez una mejor estructura en la equitación, en entrenadores, hoy tenemos un jefe de equipo muy importante, campeón olímpico (Stanny Van Paesschen)”.
Qué sigue para México
Decía el multimedallista olímpico de natación, Mark Spitz: “Si fracasas en prepararte, estás preparado para fracasar”. Partiendo de esa frase, Mills formula su propio análisis:
“Tenemos que seguir entrenando, produciendo caballos. Creo que debemos tener animales jóvenes y desarrollarlos aquí, que ha funcionado muy bien, tenemos que seguir ‘chambeando’ con los jóvenes e infantiles, sobre todo teniendo una estructura y un programa como el que hemos construido. Por eso nuestras nuevas generaciones ya son competitivas en el mundo, vamos a los campeonatos y peleamos medallas. Entonces yo creo que ese el camino”, resumió.