El viaje en carretera para Zoe Newman es de tres horas en auto, pero a ella no parece importarle, es desde los diez años que hace el mismo recorrido, por lo menos unas treinta veces hasta ahora. Al llegar a la reserva Assateague en Maryland, Estados Unidos, su viaje cobra mucho más sentido. Descansa la noche entera sólo para levantarse a las cuatro de la mañana para ver el amanecer sobre el hermoso paisaje.
Pero no es la única razón por la que está ahí, con 14 años y con la ayuda de su madre, Sam Newman, Zoe ha adoptado simbólicamente a una manada de ponis, los cuales habitan en una reserva custodiada por la Assateague Island National Seashore. La cifra de 3 mil dolares, reunidos con trabajos en las vacaciones y aportaciones de su madre, han sido recibidos por la fundación, la cual invierte recursos buscando promover la educación, así como para el cuidado de la manada.
Desde cuidar la natalidad, para que existan los ponis suficientes en la reserva, hasta controlar los nacimientos, para que las yeguas no tengan crías a muy temprana edad, cada recurso se destina a un propósito en específico. Este interés por proteger a la naturaleza ha enamorado a Zoe, quien comenzó su afición adoptando un pinto castaño de nombre Annie Laurie.
«Después de tener el primero no pude parar», comenta, cuando muestra el registro de adopción de 22 caballos. Lo que más le agrada es saber que los animales están en total libertad y le gusta estar al pendiente de sus ponis, pues en cuanto ve que la gente los quiere tratar como mascotas corre a advertirles lo peligroso que es la mala interacción con ellos.
La motivación de Zoe es terminar la universidad para convertirse en una protectora de Assateague y seguir aportando con buenas acciones a la conservación natural.