//Caballos de rienda: cómo entrenar a tu caballo 2ª parte

Caballos de rienda: cómo entrenar a tu caballo 2ª parte

Como se mencionó en la edición pasada, la competencia de caballos de rienda o Reining, es la demostración de un ejemplar de rienda vaquera, que se refiere a tener el control total del mismo y en la cual tiene que realizar diferentes maniobras como círculos, cambios de mano, giros, parar en cuartos traseros, deslizarse, caminar hacia atrás o también dar giros de 180° hacia atrás. 

En ese número se mencionó sobre los principios básicos y fundamentales que consisten en conocer la naturaleza del caballo, más allá de tener un buen equipo o conocer una adecuada técnica. De ahí se desprendió el conocimiento sobre cómo aprende esta especie, que es a base de repetición y la manera de reforzar y ser consistente con los mandos. Se hizo hincapié a observarlo como un cuerpo compuesto de partes que debe estar en equilibrio y cómo llevar a cabo los ejercicios básicos para el control.

Ahí mismo se indicaron las primeras técnicas básicas para enseñarle giros o lados, dar círculos, correr en línea recta, realizar la reunión y por supuesto, cómo resolver posibles problemas para cada una de estas técnicas. A continuación presentamos la segunda parte para entrenar un caballo en esta disciplina.

Hacer que camine hacia atrás

Conseguir que el caballo retroceda o camine hacia atrás (ceja), es una maniobra indispensable para cualquier ejemplar, además de ser obligatorio en los patrones de competencia.

Hay que recordar que el caminar hacia atrás no es un movimiento natural en la especie, por lo que al principio le va a resultar un poco confuso, pero una vez que aprenda a hacerlo, será algo muy sencillo. Esta técnica también es una gran herramienta para “hacerle boca” a nuestro ejemplar y evitar que se “cargue” o apoye en el freno, por lo tanto, podremos tener más y mejor respuesta de “freno”.

Como lo dice su nombre, el “freno” es para detener el movimiento del animal y nuestros aceleradores son la voz, las piernas, en fin. La manera de pedirle que camine hacia atrás o ceje, se hará tocando su boca (se debe poner especial atención en no jalar y mucho menos tironear en la boca con el freno), con esto bloquearemos el movimiento hacia enfrente y, al mismo tiempo, despegaremos nuestras piernas de su cuerpo; así encontrará por sí mismo que al dar pasos hacia atrás se quitará la presión del freno en la boca. 

Es bien importante recordar el proporcionarle algo como recompensa cuando ha ejecutado bien alguna orden nuestra; en este caso, cuando dé unos pasos hacia atrás quitaremos la presión en su boca.

Problemas (y soluciones) en el caminado hacia atrás

  1. El caballo se mueve, pero hacia delante. Posiblemente no lo estamos deteniendo lo suficiente con el freno o tal vez estamos metiendo mucho acelerador (debemos evitar usar la espuela, recordando que el usar la pierna no es sinónimo de usar espuela).
  2. El ejemplar jala nuestras manos con su boca. Hay que verificar que hayamos quitado las piernas de su cuerpo y que no estemos jalando muy fuerte en su boca, produciéndole resistencia. Lo que tenemos que hacer es detener con fuerza la rienda o riendas (sin tironear), hasta que deje de jalar y dé unos pasos hacia atrás.
  3. Flexiona exageradamente el cuello, no se mueve, atranca las manos y se sienta en las patas. Esto lo provoca el que jalemos demasiado en las riendas hasta ponerlo en esta posición, pero también que nuestras manos estén jalando demasiado abajo. Debemos dirigir las manos hacia los hombros; con esto haremos también que el ejemplar levante sus hombros y le facilitaremos el movimiento. 
  4. Levanta la cabeza, la mueve hacia los lados y quiere levantar las manos. Hay que poner especial atención en esto: lo que hace es proteger su boca porque posiblemente se la han golpeado, aunque también puede significar para él una salida con el fin de quitarse la presión en esa parte. Para ello primero tendremos que tocar únicamente su boca y sostener las riendas, pero no soltar (para que el caballo no sienta que ha ganado), pues al hacer esto, lo que aprenderá será que cuando se levante le suelten las riendas y de esta manera conseguirá quitarse la presión de la boca. Si es este el caso, debemos tener precaución al hacer esto, aunque lo mejor será buscar ayuda profesional.
  5. El caballo no camina hacia atrás en línea recta. Hay que asegurarnos de estar usando las riendas disparejas y así podremos usar la pierna (solamente pegándola) para bloquear el posterior y de esta forma enderezar el cuerpo.

Cambios de mano

Para realizar cambios de mano y pata es necesario que tengamos el control del posterior con nuestra pierna. Esto significa que al pegarla en un lado del caballo, éste mueve su posterior hacia el lado opuesto (nuevamente: usar la pierna no es sinónimo de usar la espuela). Para esto lo entrenaremos primero al paso y también, si se quiere, en la ceja. Una vez que hayamos logrado el control del posterior (al paso), entonces practicaremos al galope.

Hay una gran variedad de ejercicios para el cambio de mano, pero en esta ocasión nos concentraremos en uno que yo recomiendo que se haga al principio, ya que da muchas ventajas y tiempo tanto para el jinete como para el caballo. A este ejercicio lo llamo en X, ya que estaremos haciendo precisamente esto, una X unida por dos curvas.

Por ejemplo, si estamos en una pista rectangular, haremos una curva en un lado corto y cruzaremos en línea recta hacia la esquina contraria, del otro lado del rectángulo (a contra esquina), para ahí hacer la otra curva y hacer la otra línea recta en diagonal a la esquina del primer lado corto. Para ello haremos el ejercicio de la siguiente manera:

  • Hay que salir a mano derecha haciendo la primera curva. En la recta prepararemos la posición del cuerpo pegando la rienda izquierda, así como la pierna izquierda, para de esta forma mandar y contener los hombros. Cuando tengamos al caballo en posición (pero también relajado), pediremos el cambio quitando nuestra pierna izquierda y poniendo la derecha, haciéndolo suave y lentamente.

Problemas (y soluciones) con los cambios de mano

  1. El ejemplar se pone nervioso en la preparación. Hay que verificar que no estemos usando demasiado la pierna; de no ser así, entonces probar lo siguiente: acostumbrar al caballo a tener una pierna en su costado y repetirlo hasta que se acostumbre, es importante no pedirle hacer el cambio hasta que esté relajado.
  2. No hace el cambio cuando se lo pedimos. Revisemos la respuesta a nuestra pierna, primero al paso y darle tiempo a que lo haga solo, manteniendo nuestra pierna en posición y no aumentar la presión o espuela. Según avancemos, él hará el cambio más pronto y sin ponerse nervioso. Sólo debemos conservar nuestra posición y esperar a que lo haga; puede llevarse media pista y tal vez más (es importante tener mucha paciencia).
  3. Al pedir el cambio, el caballo levanta la cabeza, se apoya en el freno, etc. Comprobar que la petición no se ha hecho con demasiada fuerza o rapidez y que el ejemplar no se haya espantado; en este caso, no castigaremos su boca, pero sí sostendremos las riendas evitando que escape o cambie de dirección. Con el tiempo, aprenderá que su única salida será hacer el cambio de mano y entonces le quitaremos la presión a su boca.
  4. Se anticipa y cambia de mano cuando no se lo hemos pedido. Si sentimos que quiere adelantarse, lo evitaremos sosteniéndolo en posición de preparación y no haremos el cambio hasta que se relaje y deje de anticiparse; puede ser media pista, todo lo largo de una pista o hasta llegar a la curva contraria y entrar a ella a contra galope (a mano contraria).

Como podemos observar, el cambio de mano lo pediremos en línea recta. Debemos evitar solicitarlo cambiando de dirección como en los 8, ya que es fácil que el caballo no haga el cambio o se quede cruzado (cambia de mano pero no de pata), y también evitaremos la anticipación.

Posteriormente podremos alternar con otros ejercicios para el cambio de mano, como la figura D, la figura “de frijol”, a contra galope, por mencionar algunas.

La carrera

Es muy importante la manera en que corra el caballo para parar metiendo las patas y deslizando, de esto depende hasta en un 70 % una buena parada. Por eso en nuestro programa de entrenamiento a veces tomamos sesiones muy largas de carrera para poder trabajar las puntas.

Cuando tocamos el tema de las paradas o puntas, hago repasar los elementos necesarios para que aquellas sean buenas. El que el ejemplar pare bien o no dependerá de cómo iba corriendo al momento de pedirle que lo hiciera. Los puntos que debemos entrenar para tener una buena carrera son:

  • Control de dirección.
  • Que corra relajado.
  • Que no se cargue  en el freno.
  • Control de la velocidad.

Control de dirección 

Debe correr en línea recta, entre riendas y piernas. Para lograr esto lo correremos de lado a lado de la pista, y si se desvía en otro sentido (por ejemplo, hacia la izquierda), tendremos que dirigirlo hacia la derecha, exagerando esta corrección y después soltaremos nuestra rienda repitiendo la corrección las veces que sean necesarias, hasta que nuestra mano quede a la mitad del cuello.

Hay que destacar que cualquier desviación de la mano hacia algún lado es indicio de que debemos corregirlo, ya que si la conservamos en alguna dirección estaremos evitando que el caballo se dirija hacia allá, pero no estaremos corrigiéndolo. Entonces lo que debemos hacer es dejar que se vaya para ese lado (esto es, que cometa el error) y entonces corregirlo. Como suelo decir: “No debemos evitar meternos en el problema, sino entrarle y resolverlo”.

Relajado 

Es importante que el ejemplar no ande tenso, con miedo. Si bien nuestra meta es lograr un galope a rienda suelta de lado a lado de la pista, esto lo lograremos primero al tener a nuestro caballo parado a rienda suelta, después caminar a rienda suelta, y finalmente galopar a rienda suelta.

Cargando en el freno (apoyando)

En el caso de que se vaya apoyando en el freno, esto quiere decir que no lo va respetando, quiero decir, que no cede a la presión del bocado, por lo que tendríamos que jalar muy fuerte en la boca para que nos responda, pero como consecuencia nos va a traer una parada muy defectuosa.

Entonces, para corregirlo, en cuanto sintamos que se carga en el freno y jala nuestras manos, debemos pararlo, sosteniéndolo con la rienda hasta que frene y caminándolo hacia atrás (cejándolo) hasta que deje de jalar con la boca.

Control de velocidad 

De nueva cuenta, siempre debemos tener el control del ejemplar y no permitirle que decida hacer lo que quiera. Nuestra meta en el desarrollo de la carrera es ir ganando velocidad gradualmente, esto quiere decir que empezamos de cero y vamos a ir acelerando a 10, 15, 20, 25, y así de manera sucesiva, y no de cero a 50, ni partiendo de 0, 50, bajar a 15 y luego pedir que pare, puesto que el caballo llevará los hombros abajo, metiendo las manos, al contrario de cuando va ganando velocidad y los hombros van elevados, donde no botará por meter las manos al momento de parar. 

El aumentar la velocidad no quiere decir que vamos a “destaparlo” a toda carrera, sino más bien debemos entrenarlo a que nos espere para pedirle y que seamos nosotros los que lo iremos empujando. Debo mencionar que este trabajo por lo regular lo hago de cerca a cerca, el cual es un ejercicio que con frecuencia se cree que es para enseñar a parar a los caballos, pero no es así: es para enseñarlos a correr.

La pista y la competencia

Estas maniobras se desarrollan dentro de un patrón o rutina. Existen diez patrones diferentes de los cuales uno se escogerá para la competencia, misma que se desarrolla en una pista de forma rectangular, la cual puede ser de un mínimo de 35 m de ancho por 70 m de largo, pero entre más grande sea, es mejor, porque aprovechando el tamaño se pueden desarrollar las maniobras a gran velocidad.

Esta pista no tiene que estar cercada (siendo más conveniente que lo esté), pero lo que sí es indispensable para la práctica de este deporte es el piso, el cual debe de estar en muy buenas condiciones, con una base firme y una superficie de 5 – 7 cm de material suelto.

Al momento de la competencia se colocan tres marcadores a cada lado de la pista, los cuales sirven para desarrollar el patrón o rutina. La manera de cómo se califica o juzga al competidor (binomio, caballo y jinete), es empezar con 70 puntos, de los cuales serán restados (-½, -1, -1 ½) o sumados (+½, +1, +1 ½) por la manera de desarrollar cada una de las maniobras, y así como también las infracciones que se pudieran cometer (trotar, patear, reparar, entre otras).

Existen diferentes categorías para jinetes (Infantil, Juvenil, Non-Pro, Abierto) y categorías para caballos (Caballo Novato, Futurity -menor de 4 años-, Derby -mayor de 4 años-), por mencionar algunas.

Esta disciplina fue creada en Estados Unidos hace más de tres décadas, y desde hace varios años es el deporte ecuestre con mayor crecimiento en el mundo. Actualmente se practica en muchos países de Europa, América del Sur, Japón, Australia, y otros más, y esto ha sido gracias a que es una gran alternativa para quien ama a los caballos, puesto que hay diferentes niveles, para todo tipo de jinetes y edades.

Además, no se necesita de grandes instalaciones, ni se requiere contar con otro tipo de ejemplares para practicarlo, no depende de un grupo de personas porque es individual, e incluso se puede practicar con cualquier raza de caballos, con o sin registro.

Si te interesa practicar este deporte con mucho gusto te atenderemos: llama a la Asociación Mexicana de Caballos de Rienda (AMCR) a los teléfonos (442) 207.6288 o (442) 190.8639.