La competencia de caballos de rienda o Reining, es la demostración de un ejemplar de rienda vaquera, que consiste en tener el control completo del animal, el cual tiene que realizar diferentes maniobras que consisten en: círculos, cambios de mano, giros, parar en cuartos traseros deslizándose, caminar hacia atrás y giros de 180° hacia atrás. A continuación conoceremos lo que hay que saber para entrenar a un ejemplar en esta disciplina.
Cómo entrenar a tu caballo
Es importante, además de las técnicas, programas y equipos de entrenamiento, conocer cómo es el caballo, su naturaleza, su comportamiento y la mecánica de su cuerpo. No sirve de nada tener un excelente ejemplar, el mejor equipo o muy buenas técnicas, si no tenemos estos conocimientos. No hay una cosa más importante que la otra, porque aunque conozcamos la técnica, no sabemos la manera correcta de aplicarla y no tendremos buenos resultados; de la misma manera, aunque tengamos el mejor equipo (por ejemplo, un buen freno), si no sabemos cómo trabaja o en qué parte de la boca del animal trabaja, tampoco sabremos cómo o cuánta presión deberemos aplicar en esa parte.
Es entonces indispensable conocer la naturaleza de esta especie para saber tratarla y obtener buenos resultados. Para comenzar hay que recordar que en su hábitat natural es “presa” de depredadores, lo cual lo hace un animal miedoso, claustrofóbico (por eso nos cuesta trabajo meterlo a un lugar cerrado como un remolque o una caballeriza); más bien tendría que estar en lugares abiertos para poder escapar del peligro.
El caballo actúa por naturaleza y es ahí donde cometemos errores, castigando sus miedos en lugar de darle confianza. Debemos de aprender a pensar como él y no tratar de que haga lo que nosotros creemos que debe hacer. Nosotros los humanos lo confinamos (aun siendo un animal de manada), le damos de comer lo que pensamos que es mejor, en la cantidad que queremos, a la hora que indicamos.
Cómo aprende el caballo
Sin duda es un animal de hábitos y los aprende a base de repetición (tanto los buenos como los malos). Por tanto debemos estar seguros de repetir nuestros mensajes de forma correcta o de lo contrario también podríamos estar perfeccionando algo erróneo.
Para ello usaremos el reforzamiento negativo y el positivo. Por ejemplo, si tocamos su boca con el freno estaremos ejerciendo presión, y en el momento en que él ceda a dicha presión flexionando la cabeza, inmediatamente lo recompensaremos quitándole esa presión de su boca. De esta forma aprenderá a liberarse de dicha molestia. Pero si no la quitamos cuando él cede y seguimos aplicando incluso más presión, lo que haremos es que el animal produzca resistencia.
Es fundamental ser consistentes en nuestros mandos, es decir, siempre usar el mismo para una cosa y no emplearlo para requerir varias cosas porque el caballo no va a entenderlo. De igual forma, si le pedimos algo que nunca ha hecho o no le hemos enseñado, no lo hace y lo castigamos, por más que lo intentemos, no lo va a hacer. Por eso necesitamos enseñarle primero.
La mecánica del caballo
Hay que mirarlo como un cuerpo compuesto de partes en donde si alguna de ellas está desalineada, todo se verá afectado. Es importante que si estamos montados debemos tener control completo de él, porque si no tenemos el mando en una de esas partes perderemos el control del animal. Por ejemplo, si no tenemos dominio de sus hombros, no tendremos forma de guiarlo para llevarlo a alguna parte, por tanto estaremos perdidos sin un mando de la dirección y para eso tendremos que ejercitarlo con ejercicios básicos para el control. Estas partes las dividiremos en cabeza y cuello, hombros, tórax, anca o tren posterior.
Las riendas son de utilidad sólo para controlar la cabeza, cuello y hombros; de ahí hacia atrás (el tórax y el anca), debemos controlarlos con las piernas. Ya que explicamos brevemente estos principios, iniciaremos con el entrenamiento de las maniobras.
Giros o lados
Como definición, giro es un movimiento en redondo de 360°. Maniobra en rienda es un movimiento fluido y parejo que da el caballo dando pasos con las manos lateralmente, usando como eje o pivote el miembro posterior interno.
En mi programa enseño giros a los potros con ejercicios en pequeños círculos al paso; para eso el ejemplar ya debe tener aprendidas las maniobras básicas para el control del cuerpo: responder a las riendas suavemente, a las piernas (moviendo su tórax y anca). Este pequeño círculo caminando es la base en mi programa. Teóricamente el caballo en el círculo dará la misma cantidad de pasos con las manos y con las patas, y debemos buscar que vaya relajado, con un paso dinámico, entre las riendas y entre las piernas.
Cuando tengamos correctamente este paso empezaremos a cerrar los círculos haciéndolos más pequeños o una serpentina; usaremos para ello las riendas, con las cuales detendremos el movimiento y también abriremos el compás de nuestras piernas, (con esto lo que hacemos es quitar el acelerador, las piernas, que actúan como tal impulsando al ejemplar hacia delante).
Es fundamental al pedir estos círculos más pequeños que, en cuanto el equino responda cruzando sus manos lateralmente (la mano exterior debe pasar por delante de la interna), demos rienda para liberar el movimiento de las manos, porque si sostenemos o forzamos con las riendas inmovilizaremos las manos. La posición correcta de su cuerpo para que pueda girar es ligeramente curveada o recta.
Problemas (y soluciones) en los giros
Si al momento de pedir el giro al caballo, detectamos cuál es el problema la solución es fácil, como veremos a continuación.
- El caballo se va hacia delante. En este caso usaremos más freno (detener más con las riendas).
- El caballo se va hacia atrás. Aquí utilizaremos nuestro acelerador (piernas) para impulsarlo hacia enfrente.
- El caballo se va hacia fuera. Cerraremos las puertas de afuera (rienda y pierna externas).
- El caballo se va hacia adentro. Empujaremos hacia fuera con nuestra pierna interna y la rienda.
Las primeras veces que le pidamos que cruce sus manos, sólo hay que pedirle dos o tres pasos y después sacarlo al círculo en el que nos encontrábamos. Consideremos que si somos capaces de enseñarle un paso al día, en un mes tendríamos 30 pasos.
Es de suma importancia que mantengamos la forma correcta y al caballo relajado, la velocidad vendrá fácilmente después con sólo meter más el acelerador-pierna (esto no quiere decir usar la espuela, posiblemente sólo necesite la presión de la rodilla, pantorrilla o talón).
Círculos
Se trata de otra maniobra en los concursos de Reining, en los cuales nos piden, según el patrón (rutina) de ese día, dos círculos grandes con velocidad, y otro pequeño y lento. El orden variará según la rutina. Además de ser una maniobra más, es un ejercicio básico para cualquier disciplina ecuestre, pues en ellos se enseña al caballo a tener dirección y control de velocidad.
La meta para un buen círculo es hacerlo perfectamente redondo, bajo total control, que el equino no muestre resistencia y que usemos el mínimo de “ayudas”. Para lograrlo debemos tener control completo de todas las partes del animal y así ir preparando nuestra salida a la mano correcta.
Para darle dirección usaremos riendas y piernas, empujando al caballo hacia el lado opuesto al que vaya, por ejemplo, si empieza a salir del círculo, usaremos la rienda de afuera sobre el cuello, así como nuestra pierna externa y de esta forma lo empujaremos al centro del círculo. Aquí decimos que estamos “cerrando las puertas de afuera”, pero es muy importante que al hacerlo abramos las de adentro (no usando la rienda interna y despegando la pierna de adentro para que así él tenga una salida).
Por el contrario, si el ejemplar corta o cierra el círculo, cerraremos las puertas de adentro usando la rienda interna cruzándola a través del cuello hacia nuestro hombro opuesto (por ejemplo, si estamos circulando a la izquierda para sacar al caballo que se está cortando, levantaremos la rienda izquierda y la cruzaremos a través del cuello hacia nuestro hombro derecho) y así empujarlo hacia afuera. Con estos ejercicios lograremos tener el control de sus hombros, recordando que esta parte de su cuerpo es la que le da dirección.
En cuanto al control de velocidad, para aumentarla nos levantaremos ligeramente del asiento hacia delante (de esta forma cambiamos el punto de gravedad del ejemplar), dirigiremos también nuestras riendas hacia delante y arrearemos al caballo, primero con nuestro acelerador de voz (cloquear) y posteriormente con las piernas (con ligeros movimientos de presión), donde al principio solamente queremos que aumente un poco la velocidad y él quede relajado.
Ahora bien, para que disminuya la velocidad haremos lo opuesto: sentarnos en el asiento, regresar a la posición original, mover las riendas hacia atrás en posición neutral, relajar las piernas e incluso podemos usar un mando de voz (como el sonido “shh, shh, shh”, usado para pedir silencio), como todos los ejercicios en un programa de entrenamiento, hay que ser consistentes y pacientes, repetir una y otra vez hasta que el caballo entienda.
Recomiendo que al empezar a practicar los círculos, se hagan al paso, y en cuanto se tenga control se pase al galope.
Correr en línea recta
Tener el control de la dirección en los círculos nos servirá para correr en línea recta, puesto que tendremos el control de los hombros del ejemplar, que como habíamos mencionado antes, son los que le dan la dirección.
Para correr en línea recta tenemos que lograr que su cuerpo esté perfectamente alineado desde la punta de la nariz hasta la cola. Y como ya hemos comentado en otras ediciones de Mundo Equino, correr en línea recta es un elemento indispensable para que pueda parar correctamente.
Para poder llevarlo en esta posición usaremos las mismas herramientas que ya usamos en los círculos, es decir, que si al momento de poner la mano en el centro de su cuello el ejemplar se desvía hacia la derecha, lo que haremos será levantar la rienda derecha dirigiéndola hacia nuestro hombro izquierdo; al hacerlo moveremos sus hombros hacia esta dirección.
Ahora bien, en cuanto se mueva hacia la izquierda pondremos la rienda de nuevo en neutral, de lo contrario no dejaremos de pedirlo hasta que nos dé lo que queramos. (Foto 1). Para una desviación hacia la izquierda será lo opuesto (Foto 2) y así lograremos tener una buena parada. (Foto 3).
Reunión
Antes de adentrarme en este tema, comentaré lo importante que es que un caballo tenga reunión. Debo enfatizar que hasta la fecha no conozco ninguna disciplina ecuestre que no busque tener reunión en sus atletas equinos, pues hasta para salir de paseo es muy incómodo montar un ejemplar que no la tenga.
La misma palabra lo explica y se trata de reunir, es decir, juntar las partes del caballo lo cual significa que al tocar su boca, flexione su nuca, eleve los hombros, redondee el lomo y traiga los posteriores debajo de su cuerpo; lo indeseable en un equino es que ocurra todo lo contrario (que al tocar la boca levante su cabeza, invierta su cuello, baje los hombros, pandee el lomo). Por lo tanto los posteriores se dirigirán hacia atrás.
Lo que queremos es que cuando tomemos las riendas nos dé y no que nos jale. Para que nos dé va a tener que flexionar la nuca; asimismo, al elevar los hombros, el caballo no golpeará con las manos el suelo. La reunión es de suma importancia porque mecánicamente ayuda a tener mejores movimientos, así como hemos visto anteriormente en esta sección, para que pueda realizar las maniobras tiene que mantener cierta posición, puesto que es un cuerpo formado por partes y afectará la posición de esas partes para que sea capaz de hacer cierto movimiento.
Para pedirle a nuestro ejemplar que se reúna, es necesario que responda a la flexión lateral de su cabeza cuando jalemos una rienda hacia ese lado y que al presionar nuestras piernas nos sirvan como acelerador (propulsión). Para lograrlo empezaremos al paso y presionando con nuestras piernas, simultáneamente sostendremos con las riendas, esto es, que estaremos empujando al equino contra el freno y así provocaremos que ceda a la presión en su boca, flexionando la nuca. Como en todo ejercicio nuevo, tomaremos como buena una respuesta, por muy sutil que sea, y así paulatinamente iremos perfeccionando el movimiento.
Al principio es muy probable que sintamos en nuestras manos que afloja y más tarde haya un paso flexionado, después dos y así, hasta poder reunir todo el tiempo que queramos, ya sea al paso, trote, galope, parando, cejando, dando lados, o cualquier otro. Cuando el caballo esté consistente al paso le pediremos al trote, al galope, en fin.
Es primordial que al principio, cuando nuestra montura flexione la nuca, nosotros lo recompensemos inmediatamente quitando la presión en su boca y soltando las riendas. Para ello recordemos el principio de que el caballo aprende cuando se libera de la presión, y no de la presión misma.
Problemas (y soluciones) al realizar la reunión
- El caballo jala las riendas elevando la cabeza o poniéndola en algún lado. En el caso de que jale con su boca debemos sostener deteniendo las riendas hasta que ceda, sin aumentar la fuerza ni jalonear. Es necesario verificar que no estemos jalando demasiado fuerte en su boca, de lo contrario no estaremos produciendo resistencia del caballo por el dolor que le ocasionamos.
- El caballo aumenta la velocidad. En esta situación tenemos que verificar no estar presionando demasiado con las piernas o con las espuelas (esto es, que estemos metiendo mucho acelerador). Además hay que asegurarnos de no sostener lo suficiente con las riendas. No hay que olvidar que usar las piernas no es sinónimo de usar las espuelas, las cuales son sólo una extensión de aquellas. Tengamos siempre muy presente que todo caballo es muy sensible, así que casi nunca será necesario hacer uso de ellas.
- El caballo se detiene. Si esto ocurre hay que fijarnos de no estar sosteniendo demasiado en las riendas (metiendo mucho freno) y que no estemos impulsando lo necesario con las piernas. Se puede estar creando un círculo vicioso, si se mete demasiado acelerador habrá que usar demasiado freno, por lo tanto sólo serán necesarias unas manos más suaves y poca pierna.
En el siguiente número continuaremos explicando más sobre las técnicas y resolución de problemas para entrenar al caballo en Reining en los siguientes temas: hacer que camine para atrás, cambios de mano y carrera.
Si te interesa practicar este deporte con mucho gusto te atenderemos: llama a la Asociación Mexicana de Caballos de Rienda (AMCR) a los teléfonos (442) 207.6288 o (442) 190.8639. Si tienes alguna duda o estás interesado en una clínica puedes escribirme, ¡con gusto te ayudaré!