En 1996, por primera vez en dos siglos de historia, una mujer participó el Derby de Epsom, una de las carreras con más tradición en el mundo. Fue Alex Greaves con 28 años de edad y montó a Portuguese Lil, una yegua. Aunque llegó última (seguro que uno que otro no reprimió una sonrisa machista de satisfacción), fue acompañada quizá de un suspiro de alivio.
Todavía hay quienes creen que las mujeres no deberían participar como jockettas por razones morfológicas, es decir, pueden dar un peso bajo y sin la fuerza necesaria para acelerar como es debido, un caballo de alta competición. Este recelo se mantiene pese a que en el mundo montan con excelencia profesional.
En ningún lugar es fácil la vida de jockey: dietas para no subir de peso, madrugar, caídas, lesiones, peleas con apostadores frustrados, preparación exigente, en fin. No hace falta decir que las carreras de caballos, por lo menos en México y otros espacios competitivos tradicionales, siguen siendo casi privativamente masculinos, sin embargo, en los últimos años la participación de las mujeres ha ido en aumento.
La primera mujer en debutar y ganar en Sotelo no fue mexicana, sino una estadunidense del estado de Maryland, nacida en 1940, y que formó parte del equipo ecuestre nacional en los Juegos Olímpicos de México 1968, Kathy Kusner. Hizo carrera en Sotelo el 7 de abril de 1970 con Paga Mar, de Rancho Cuquío de la familia Méndez. Aunque se llevó el triunfo, no se tuvo más noticias de ella.
Y llegaron las mexicanas
Después de la apertura del Hipódromo de Las Américas nuevos aires llegaron y nacientes oportunidades, sumado a la lucha de sectores que hicieron posible la visibilidad del trabajo femenino. Aquí no fue la excepción, aunque no se ha tenido tanta participación de las mujeres a lo largo de 18 años.
Hubo quien desafió los prejuicios para restringir su participación en las carreras de caballos cuando decidió incursionar María Luisa Villalobos, la primera mexicana que tomó las riendas como profesional en el Óvalo de Sotelo. Su aventura empezó en 1989 cuando aprendió ahí a montar, y luego ingresó en la escuela de jinetes. La nueva administración le concedió la licencia y en el 2000 hizo su debut. Pero le fueron dadas muy pocas montas.
El 29 de mayo de 2002 fue histórico: por vez primera una mexicana, jocketta por pasión y médico de profesión, lograba una victoria en Las Américas y en todo el país. Fue Arturo Ruiz García quien le dio la oportunidad. Su compañero fue Mifel, criado por Gaspar Rivera Torres y en propiedad de Diana Villalobos Moreno. Sin embargo, no hubo oportunidad de repetir la aventura: con la pasión que siempre la ha caracterizado, María Luisa ya no monta, pero es la única entrenadora del Hipódromo y dejó huella para que otras mujeres se interesaran en buscar una oportunidad en el medio.
El 31 de mayo de 2014 debutó Jazmín Larios Peribán con Altiva, de Cuadra Santa Rita; fue la tercera mujer en realizar su sueño de participar en las batallas de Sotelo. Conocedora del medio hípico pues su familia ha participado desde hace mucho ahí, visitaba a su padre, el entrenador Gregorio Larios. Con el tiempo aprendió a montar y quiso vivir la velocidad de las competencias, así que decidió ser jinete.
Estudiaba Mercadotecnia y trabajaba en una institución financiera, a lo que se le sumó su nueva pasión, ser jocketta, optando al final por lo que la hacía más feliz: estar al lado de los equinos. Estuvo en Nuevo México, donde participó en algunas carreras y fue la primera mexicana en competir en el país vecino; sólo se apartó de las pistas tras el nacimiento de su hija en 2018.
Debut soñado
Pocos aprendices cumplen la satisfacción de iniciar ganando su primera carrera, y fue la cuarta mujer en participar en el Gigante de Sotelo quien lo logró: Elizabeth Garrido. En el año 2014 este reportero la entrevistó y del archivo se rescata esta cita: “Debutar en el Hipódromo y ganar fue un sueño hecho realidad, pues me acuerdo que desde pequeña cuando veía a los jockeys me emocionaba y decía ‘Ojalá y algún día pueda llegar a hacer eso’, y la verdad es que estoy muy contenta y agradecida con todo el gremio que me ha apoyado muchísimo y me dio la oportunidad de llegar hasta donde me encuentro,” comentó al recordar su triunfo.
En la carrera 9 del viernes 25 de julio, esta jocketta originaria del estado de Puebla logró la victoria con Hana Asquifar, yegua roana de cinco años propiedad de Rancho La Soledad de Álvarez y entrenada por Juan Antonio Vega. Para desgracia de la joven (quien prometía tener un buen futuro, pues mostró calidad), un accidente le impidió regresar a participar en competencia.
Cumpliendo metas
“Así como a todo niño chiquito le preguntan qué quiere ser de grande y algunos dicen que astronauta o policía, yo quería ser jockey”, contó alguna vez Sofía Barandela Rojano, la última de las tres jóvenes que debutaron en el año de 2014. De profesión Médico Veterinaria, siempre con un profundo amor a los caballos y convencida que su pasión estaba en competir a su lado, Sofía inició el camino a ser jinete de carreras junto al entrenador Alejandro Moreno.
El viernes 22 de agosto es una fecha importante pues se vistió con las sedas de la Cuadra Vivian y subió a un caballo para competir contra sus compañeros jinetes. En la quinta carrera de esa fecha, la joven debutó con el número 7 junto a Lovely Race, yegua de cinco años, entrenada por Antonio Silva Olvera y criada por Gaspar Rivera Torres. Estuvo un tiempo en España y actualmente se encuentra en Estados Unidos, ya sin participar en competencias.
Sin importar la edad
A la lista se unió Vanessa Romberg de nacionalidad francesa, nacida en la región de Bordeaux. Llegó a la edad de 39 años al Hipódromo de las Américas con la intención de convertirse en jockey, y el 12 de junio de 2015 cumplió ese sueño a sus 42 años; con esto ostenta el récord como la atleta con más edad en debutar en el Óvalo y ganar. Lo hizo guiando a Good Danzing, de Cuadra Fano. Con pocas montas, la jocketta emigró a Estados Unidos.
Nueva sangre
La participación de estas jóvenes fue fugaz y pronto dejaron la pista de Las Américas, pero dejaron un precedente para que más mujeres entusiastas se preparen para debutar mientras otras ya lo han logrado. La siguiente en pisar la pista como jocketta fue Guadalupe Urrutia, nacida en Torreón, Coahuila, quien debutó a sus 21 años el 24 de noviembre de 2017 a bordo de Tía Nena de Cuadra La Fortuna, con quien llegó en quinto lugar. Pero al igual que con sus antecesoras su carrera en México no tuvo continuidad. Al momento se encuentra en el Hipódromo de Gulfstream Park, Florida.
Actualmente sólo dos jóvenes tienen actividad en el Óvalo, la primera es Karla Michelle Lara, hija del jinete Rubén Lara. Debutó el 10 de febrero del 2018, sin embargo, aún no logra cruzar en primer lugar en competencia oficial; no así Alejandra Luna, la segunda en participar en la Campaña 75, hija del fallecido entrenador Marco Antonio Luna, y proveniente de una familia de a caballo por tradición. Alejandra (la Flaca), debutó el 3 de noviembre de 2018 y ya sumó dos victorias: el 18 de noviembre pasado con Cherry Man y con Kalik el 2 de diciembre, ambos de Cuadra Los Agaves.
A través de estos años, sólo nueve mujeres han competido contra jockeys en las carreras de caballos en México, lo han hecho con pasión, superando pruebas y derribando mitos, aunque aún les falta dar el gran salto, ser más constantes y ser un ejemplo para que otras sigan sus pasos y se conviertan en jockettas profesionales.