En lo que respecta a México, país que desde hace cinco siglos cuenta con una importante tradición ecuestre, se debe mencionar que don Luis de Velasco y Castilla (1539-1617), un extraordinario jinete, experto en caballos y dos veces virrey de la Nueva España, es a quien se atribuye la creación de una montura que incluía las características distintivas de la silla charra actual, por lo que es considerado el creador de dicho implemento, mismo que a él le brindaba un mejor apoyo para llevar a cabo sus ejercicios ecuestres y que sería tan útil para las actividades del campo y para el ejercicio del deporte nacional: la Charrería.
Sin embargo, debido a la enorme importancia que desde el inicio del periodo colonial tuvo la crianza de caballos y su uso, don Antonio de Mendoza y Pacheco (1490-1552), primer virrey del territorio que después sería conocido como México, ya había emitido en 1549 ordenanzas que especificaban cómo debían elaborarse las guarniciones de las caballerías, incluyendo las sillas de montar, las que reflejaban las influencias renacentista y árabe, traídas por los españoles y en las que también se incluirían la creatividad y el talento de los artífices novohispanos, dando como resultado las extraordinarias e indeciblemente bellas monturas mexicanas.