Para Héctor Cabañas García, el Polo es más que un deporte, es sinónimo de pasión y felicidad. Montado en su caballo para iniciar el partido o desde su labor en la Federación Mexicana de Polo (FMP), su experiencia desnuda poco a poco el panorama de cómo se vive este “deporte de reyes” en nuestro país. (bajada)
Sin tapujos, para el vocal del Consejo Directivo de la FMP, Héctor Cabañas García, la realidad de México resulta compleja. Por un lado hay avances, pero el camino por recorrer para alcanzar viejas glorias luce aún lejano: “La meta de la Federación, a cargo de Guillermo Steta, se ha propuesto un objetivo que se viene logrando, el de tener la difusión, que es esencial para que el deporte se desarrolle, evolucione y se dé a conocer, ya que el Polo tiene un tabú: el de ser un deporte restringido y dirigido a cierto estereotipo social. Eso es mentira, conozco a jugadores de todos niveles, es un deporte que puede desarrollar quien sea”.
Pese a la inclusión de la que habla, Cabañas García hace una pausa y reconoce que el Polo nacional vive un momento de complicado renacimiento. Además del tabú mencionado, la realidad es que México se quedó sin figuras en la disciplina y atrapado en el pasado, con una losa muy pesada con el apellido Gracida.
“Venimos de una tradición y de un Polo a nivel internacional reconocido que prácticamente fincó la familia Gracida (Carlos y Guillermo). Durante muchos años se tuvo un monopolio de excelencia a nivel internacional y de ser prácticamente los primeros durante la década de los 70, los 80, y principios de los 90, lamentablemente perdimos esa posición. Argentina progresó y muchos otros más relegaron a México en un sombrío panorama”, sentenció.
Sin embargo, lejos de buscar culpables, el vocal administrativo de la FMP señala que por muchos años, quien manejó y practicó este “deporte de reyes”, pudo cometer un error de confianza y un poco más de soberbia: “Éramos los primeros jugándolo, estaba la escuela Gracida, prácticamente éramos intocables; nadie se preocupó por la trascendencia de esta gran escuela, nadie fincó el futuro, nos quedamos en los Gracida, y ellos ya no están.
‘Es un error de todos, de la gente que estuvo en ese momento, en ese nivel. Si le quieres llamar error le puedes decir error o descuido, simplemente es confiarse en que nada iba a ser mejor que esa plataforma, pero definitivamente, después de ellos nadie se les pudo equiparar; no sólo eso, nadie se preparó igual y nadie se preocupó por la trascendencia de este gran plantel que casi casi se perdió con ellos…. Carlos murió, Memo está retirado, y todos los familiares alrededor de ellos que se dedicaban al Polo no pudieron llegar a esos niveles”, explicó.
Conforme avanza la charla, el propio Cabañas subraya cómo la falta de sensibilidad de crear una escuela para que en ese momento los nuevos jugadores pudieran despuntar cobró factura: “Es ahí donde está nuestro bache”.
Así pasaron los años, pasaron los jugadores, argentinos, estadounidenses, colombianos y demás, mientras que México se quedó estancado, nadie se preocupó por fincar una escuela, por fincar una filosofía, por ello Cabañas es tajante: “¡No podemos hoy caer en el mismo error! La estrategia ahora, junto con Billy (Steta), es no poner atención en nosotros, ni en una institución que le dio grandes elogios y triunfos a México. Debemos ser muy sensibles con los nuevos jugadores, apoyarlos en todo para que logren despuntar”.
Pese al bache, México sigue vivo
Cabañas insiste que nuestro país aún está en el top 10, pero reconoce que hay peldaños muy grandes con las nuevas potencias como Argentina o Estados Unidos, principalmente los sudamericanos, a quienes calificó como un “semillero incontrolable”, debido a la convocatoria de jóvenes talento, prácticamente desde niños.
Como ejemplo y de reciente visita a nuestro país en el Hándicap Classic Polo Cup, está Benjamín Araya, quien para el entrevistado es una leyenda viviente del Polo argentino y representante de una camada amplia de nuevos valores.
“Benjamín es un jugador muy reconocido, fue un 10 goles, jugó mucho tiempo con la escudería Gracida en diferentes equipos, pero en un contexto distinto. Para que nos demos cuenta, en Argentina tienen la Copa Potrillos una vez al año, donde participan más de mil niños; ahí uno se da cuenta del potencial que puede tener un país como ése. Por eso son los número uno”, expresó con cierta nostalgia.
¿Quién más está detrás de Argentina? Héctor no duda y asegura que hoy por hoy Estados Unidos, Brasil, Colombia, tienen un número muy homogéneo que supera los cinco goles, cosa que en México dejamos de tener: “Puedo decir que Colombia tiene 10 o hasta 15 jugadores arriba de los cinco goles, Brasil ni se diga, te pueden formar varios equipos de jugadores arriba de esos goles”.
Luego de la cruda comparación, el miembro del Consejo Directivo de la FMP hace una pausa y mira con cierta esperanza lo que sucede en México, principalmente porque ya se comenzó a trabajar: “Aquí se hacen una o dos copas infantiles donde tenemos seis u ocho equipos, que son menos de 30 jugadores. Si partimos de que estamos iniciando desde abajo, con ojos benevolentes sí es un crecimiento; es decir, vamos bien, vamos con mejores números a comparación de hace 10 años, pero comparados con otros países estamos en pañales, ¡nos falta muchísimo!”.