Las vocalizaciones son uno de los muchos medios de comunicación entre los caballos, aunque tienden a confiar más en las señales visuales y en el lenguaje corporal que en las vocalizaciones. Las vocalizaciones fuera de contexto son probablemente menos informativas o útiles para el caballo receptor sin otras señales visuales u olfativas significativas.
Se ha sugerido que es probable que las vocalizaciones en los caballos no transmitan información muy específica, sino que más bien proporcionen señales sociales. Sin duda, se podría hacer mucha más investigación, ya que lo poco que sabemos es muy interesante.
Las personas que han estado cerca de los caballos probablemente puedan entender lo que significa un relincho suave, pero aquí hay una definición de «El Equograma» de Sue McDonnell:
«Un relincho suave es una vocalización de tono bajo y guturalmente pulsada … el carácter del relincho varía con la emoción de la situación».
Por lo general, la boca del caballo está cerrada pero ves que las fosas nasales se mueven. Los relinchos suaves son generalmente de corta duración (menos de 2 segundos), aunque es posible que escuches varios sucesivos. El volumen a menudo aumentará y disminuirá incluso dentro de esa corta duración.
Un relincho sueva será comúnmente como un saludo agradable o un tipo de vocalización amable. Esto tiene sentido intuitivo tanto por su naturaleza como un sonido silencioso, como también en las situaciones sociales de contacto cercano en las que generalmente se escucha: entre dos compañeros de rebaño amigables, entre una yegua y su potro, y entre un semental y una yegua.
Los caballos también se inclinan hacia un manejador familiar o tal vez hacia cualquiera que haga cosas familiares que lo refuercen (por ejemplo, a la hora de comer). Un estudio realizado por Juarbe-Díaz y otros descubrió que las yeguas que se unían a sus potros tenían más probabilidades de golpear que las yeguas que rechazaban a sus potros (las yeguas que rechazaban solían chillar más).
Las vocalizaciones, y particularmente los relinchos suaves, no se usan comúnmente como indicadores de salud o bienestar en el caballo (aunque vemos cosas como gruñidos o rechinar de dientes, por ejemplo). Sin embargo, ciertamente usaría la presencia o ausencia de vocalización, en contexto, como una parte de la imagen completa del comportamiento de un caballo en una situación dada para evaluar el bienestar general.
No hay disponible aún ninguna buena investigación que analice las respuestas conductuales o fisiológicas específicas por parte del receptor de la vocalización del relincho suave (lo cual es una pena, porque ¡¿a quién no le gusta escuchar un «suspiro» de esos?!). Las yeguas pueden golpear para mostrar un comportamiento hacia un semental; los potros podrían ir a sus yeguas; otro caballo podría saludar al que muerde. Sin embargo, estas respuestas pueden ser provocadas no solo por un suspiro suave, sino también por señales visuales u olfativas, u otros tipos de vocalizaciones realizadas simultáneamente.
Como ves, las vocalizaciones en muchas especies pueden tener efectos en el comportamiento y el estado emocional del receptor, por ello es importante nunca dejar de disfrutar la observación de nuestros animales para comprenderlos cada vez mejor.