Cada pareja tiene su propia historia y atraviesa diversas etapas que la pueden acercar o alejar. Las relaciones siempre han sido complicadas. A lo largo de los años, es frecuente que pierdan el rumbo y no encuentren el vínculo sentimental que los unió. El aprendizaje asistido con equinos puede apoyar estos procesos: retomar un proyecto de vida común, fomentar una convivencia sana y cordial o apoyar un proceso de separación evitando al máximo los daños emocionales.
Lazos que perduran
El amor de pareja tiene varias vertientes y según la etapa, podemos hablar de enamoramiento, inicio de la relación, crisis y decepción, amor real. En los caballos, la selección del semental para yeguas de cría está hecha en su mayoría por el ser humano (selección de los mejores ejemplares), pero en manadas en semilibertad las yeguas eligen el semental con el cual quieren procrear, formando pequeñas familias.
En ambas especies, la atracción física juega un papel primordial para la selección, creándose lazos fuertes que perduran años. Desafortunadamente, en la mayoría de las parejas humanas, este vínculo inicial se va transformando con el tiempo, debido a cambios personales y sobre todo, a malentendidos.
Comunicación: base de una buena convivencia
Toda relación y núcleo social exitosos se basan en la cohesión y la unión del grupo. Los caballos son animales gregarios y han desarrollado un sistema de comunicación extremadamente complejo y fino. Se comunican a través de un sofisticado lenguaje verbal y no verbal con gestos, movimientos y sonidos, a través de los cuales transmiten emociones y se dan a entender de múltiples formas.
El aprendizaje asistido con equinos apoya a los individuos y les enseña a desarrollar una emoción inteligente basada en una comunicación asertiva y efectiva. Y permite observar, escuchar y reaccionar de forma adecuada a estímulos emocionales que se reciben por parte de los demás. Todo se basa en una comunicación clara. No existen malentendidos en los caballos, ya que se pagan caros: malinterpretar u ignorar un mensaje equivale a recibir una respuesta negativa inmediata.
Hechos, no interpretaciones
Solemos interpretar palabras o acciones ajenas desde nuestro punto de vista, estado de ánimo o historia, creando malentendidos y situaciones de conflicto. La mayoría de las parejas que acuden a nosotros buscan ayuda cuando la situación se ha vuelto muy compleja.
Los caballos reaccionan a los estímulos recibidos: son precisos, puntuales y no emiten ningún juicio. Acercarnos a ellos con su misma perspectiva nos abre un panorama amplio para observar de forma distinta “aquello que nos lastima”. Al eliminar las emociones que nos limitan y generan enojos y resentimientos, podemos ver la realidad como es, reaccionar de manera asertiva ante ella, desarrollando mayores habilidades de escucha para actuar, sin dejar que nuestros sentimientos nos entorpezcan o bloqueen.
Responsabilidades individuales y metas comunes
El mayor problema que observamos reside en un distanciamiento emocional que suele provenir de un sentimiento de incomprensión, abandono, ausencia y falta de compromiso. La primera tarea con los caballos, es entender cuáles son las responsabilidades y los roles que desarrolla cada parte involucrada, para el bienestar de la pareja o de la familia.
Dentro de su estructura social, los equinos tienen responsabilidades y liderazgo bien definidos: no existe la lucha de poder ni se toleran las tareas incumplidas. Entender la importancia de este equilibrio sano y justo es parte de lo que demuestra el modelo equino.
Los caballos son tan claros que no dejan dudas: si la relación requiere de ajustes, ellos enseñan cómo llevarlos a cabo; si es crítica, pero todavía hay amor, se pueden desarrollar las herramientas para resolver los conflictos. Y si uno o ambos están listos para seguir su camino por cuenta propia, el trabajo con ellos permitirá encontrar el valor y la fuerza para seguir adelante.
El aprendizaje asistido con equinos es una herramienta de crecimiento personal extraordinaria que nos enseña a conocernos mejor, a eliminar obstáculos, odios y resentimientos, e identificar y superar los miedos, liberando la carga personal que afecta al otro.
Es un trabajo arduo pero la recompensa es inmensa: nos sentiremos plenos con nosotros mismos y se enriquecerá la relación de pareja con unos atributos como claridad, asertividad, autenticidad, honestidad, armonía. A fin de cuentas lo que se busca es estar en equilibrio consigo mismo, los demás y el mundo alrededor.
Tanja Netscher
Escritora y fundadora de Revelaciones Equinas