//Escalón 3 de la Escala de Adiestramiento: El contacto

Escalón 3 de la Escala de Adiestramiento: El contacto

A tomar en cuenta los anteriores escalones en la Escala de Adiestramiento, si no se dan previamente las condiciones de ritmo y soltura es muy difícil que el contacto sea de calidad.

La Federación Ecuestre Internacional, define al contacto en la Doma Clásica como «…la suave y constante conexión entre la mano del jinete y la boca del caballo. A consecuencia de las ayudas del jinete, el caballo avanza rítmicamente buscando el contacto con la mano del jinete, o lo que es lo mismo, debe entrar en el contacto. El caballo busca el contacto y el jinete proporciona el contacto”.

De esta forma, el contacto es fundamental para poder realizar otros ejercicios y avanzar. Este sería perfecto cuando el caballo diera y nos ofreciera la sensación de llevarse a sí mismo sin necesidad de que ese contacto hiciera de «quinta pata», sin cuyo soporte se nos «caería» sobre las espaldas.

Es importante que nuestro contacto no interfiera en el equilibrio del caballo. Este no es un elemento de sujeción sino de control. es importante mencionar que si un caballo no está completamente sano, en ocasiones le es imposible mostrar un buen contacto. Una boca sin cuidar, o un diente de lobo, puede impedir que el caballo acepte de buen grado la embocadura, ya que le puede producir dolor. 

Es también imprescindible que el dorso del caballo esté libre de tensiones musculares o rigideces, ya que tenemos que pensar que se mueve desde su tren posterior hacia el anterior, se mueve con toda su musculatura y esqueleto y cada una de esas partes debe estar completamente sana y libre de rigideces para conseguir un buen contacto.

Signos de un mal contacto

  • El caballo agita la cabeza.
  • Pasa la lengua por encima de la embocadura.
  • Rechina y/o muerde el filete.
  • Intenta arrancar las riendas de la mano del jinete.
  • Se muestra alguna de las dos riendas sin contacto.
  • Saca la lengua por los laterales de la boca.
  • Es intermitente.
  • Se enrosca claramente evitando el contacto.

Signos de un buen contacto

  • Masca suavemente la embocadura.
  • Es duradero.
  • Mantiene una actitud fija y constante.
  • Sigue manteniendo un buen ritmo y una buena soltura.
  • Segrega una saliva blanca y densa.
  • Busca la embocadura mediante una nuca recta y flexible.
  • Acepta un contacto elástico con la boca tranquila, tascando suavemente la embocadura. La lengua no es visible.
  • La nuca es el punto más elevado.
  • La línea de la nariz está delante de la vertical, salvo en los ejercicios muy reunidos en los que estará plenamente en la vertical.
  • En aires medios y largos debe ser visible la elongación del cuerpo.

Cuando el jinete no controla su cuerpo es muy difícil que el caballo nos pueda ofrecer un buen contacto. Para que se mantenga constante, lineal y agradable, el jinete no debe molestarlo con un mal asiento. Si no es capaz de acompañar el movimiento del caballo con un buen asiento, se complicará bastante. El contacto solamente puede producirse en el momento en el que tenemos un control absoluto sobre nuestro cuerpo, solo de esta manera permitiremos el movimiento libre del equino.

Un jinete que no controla las piernas, las riendas o su asiento tampoco será capaz de controlar el contacto. Solo los más experimentados pueden entender y sentir un buen contacto. Por este motivo, los alumnos que están empezando deben trabajar al trote levantado, aprender a equilibrar su cuerpo encima del ejemplar y coordinar sus movimientos mientras el caballo está al trote o al galope.

Ser capaz de absorber los movimientos de un caballo al trote y no molestarlo en un trote largo es una habilidad que únicamente podemos desarrollar con muchísimas horas de entrenamiento. Incluso así, en este ejercicio (trote largo) en numerosas ocasiones vemos a los jinetes cómo se apoyan en la boca del caballo para no perder su equilibrio, provocando una falta de equilibrio en el pobre caballo.

El contacto solamente puede producirse en el momento en el que tenemos activamente un control absoluto sobre nuestro cuerpo. Requisito para el contacto correcto es la independencia de nuestra mano, de nuestro asiento, de nuestra pierna. Nunca encontraremos el correcto si necesitamos las riendas para sujetarnos.