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Acupuntura: terapia complementaria

Las terapias complementarias han aumentado en uso y popularidad en medicina humana, pero a su vez son muchos propietarios quienes las buscan en el tratamiento de sus animales, abriendo una nueva perspectiva y oportunidad para la práctica en la medicina veterinaria. 

La acupuntura en animales se ha practicado en China desde hace más de dos mil años y se basa en la evaluación integral del paciente, en la movilización de su energía y una serie de interacciones entre su sistema nervioso, endocrino e inmunitario. Busca influir en la homeostasis del paciente mediante la estimulación de mecanismos como control de la presión, pulso, motilidad intestinal, secreción de hormonas, producción de células blancas, entre otros.

Ha comprobado resultados favorables en animales y puede utilizarse para mejorar su estado de salud y bienestar, dando un tratamiento integral con pocos efectos residuales. Esta revisión tiene como objetivo ampliar el conocimiento de esta disciplina terapéutica en la medicina veterinaria y brindar a los veterinarios dedicados a la clínica en equinos una herramienta útil complementaria a los tratamientos convencionales.

Acupuntura en animales: inicios

El uso e interés de terapias alternativas se ha extendido por Europa y Estados Unidos los últimos 30 años, sin embargo, la acupuntura veterinaria ha sido utilizada en la medicina tradicional china para animales por milenios. Se cree que el libro más antiguo al respecto fue escrito por el Dr. Bo Le (entre 659 a 621 a. de C.), con protocolos de tratamiento veterinario bien documentados. Desde entonces forma parte del sistema médico veterinario en China, en donde se describen 361 puntos de acupuntura en humanos y 173 en caballos. 

Esta terapia se define como la estimulación de un punto específico en el cuerpo mediante la inserción de una aguja a través de la piel con un método específico para el control del dolor y tratamiento o prevención de enfermedades (Boldt). 

Sus efectos no se pueden explicar en términos de un único mecanismo, sino más bien una serie de interacciones entre el sistema nervioso, el endocrino y el inmunitario, aunque existen ciertas respuestas fisiológicas secundarias que pueden darnos una idea de su funcionamiento.

Por ejemplo, el micro trauma causado por la aguja provoca un efecto inflamatorio local y, por lo tanto, un aumento de la respuesta inmune, mejora del flujo sanguíneo y relajación de los tejidos; mientras que algunos puntos de acupuntura se encuentran en el músculo esquelético asociado a una banda o nudo permiten la activación de la placa terminal motora, generando que el músculo se contraiga.

Los puntos de acupuntura se encuentran en las zonas donde hay una alta densidad de terminaciones nerviosas libres, mastocitos, arteriolas, vasos linfáticos y el tejido conectivo denso representa una configuración espacial diferente en comparación con el resto de la piel. Gran número de estudios indican que la estimulación de esos puntos induce la liberación de β-endorfina, serotonina y otros neurotransmisores.

Principios y aplicaciones 

Además de utilizar los puntos de acupuntura con fines terapéuticos, la reactividad de algunos puede ayudar en el diagnóstico o sugerir áreas del cuerpo a examinar más de cerca brindando una herramienta adicional para la localización de un problema y hacer un diagnóstico adecuado, donde cierta sensibilidad es indicativa de que algo pasa en ese punto o con el meridiano o canal energético asociado.

Al igual que en cualquier otro tratamiento convencional, se comienza con la historia clínica del paciente, posteriormente se realiza un examen físico general, revisando mediante la palpación los puntos de acupuntura a lo largo del cuerpo, así como una valoración ortopédica dinámica y estática para identificar signos de dolor y determinar el tratamiento logrando un efecto terapéutico integral.

El dolor agudo o crónico es el principal motivo por el cual se recurre a esta terapia, que algunos veterinarios utilizan como un complemento en la práctica. Graf von Schweinitz afirma que mediante ella se puede facilitar y estimular las capacidades autónomas homeostáticas del organismo para disminuir el dolor o restaurar las funciones básicas del cuerpo, esto mediante la reducción de la ansiedad y el aumento de los niveles de opiáceos endógenos.

Por ello, los veterinarios pueden usarla para reducir el uso de drogas farmacéuticas. Von Schweinitz indica que “para ciertas condiciones como dolor crónico, debido a trastornos musculoesqueléticos, puede resultar en la reducción del uso de fármacos antiinflamatorios no esteroideos, como la fenilbutazona o esteroides”. Al disminuir su uso, sobre todo en caballos viejos, puede ayudar a minimizar la ocurrencia de los efectos secundarios relacionados, como daño hepático o renal.

Otras patologías en las que se emplea acupuntura eficazmente

Problemas musculoesqueléticos: claudicaciones, algesia, artritis, artrosis y otras enfermedades degenerativas de las articulaciones, laminitis, síndrome del hueso navicular, lesiones relacionadas con el deporte donde se comprometan tendones y ligamentos.

Trastornos neurológicos: hemiplejía laríngea, parálisis del nervio facial y radial.

Trastornos gastrointestinales: diarrea, úlceras gástricas, cólicos, prolapso e impactación.

Además, mejora el rendimiento mediante la estimulación del sistema inmune y la prevención de enfermedades.

Variantes de la acupuntura

Tal ha sido su desarrollo y éxito que se han implementado algunas variantes como:

Acupuntura seca. Consta de una aguja de acero sólido, plata u oro, con mango de plástico, con o sin tubo de inserción; puede ser de 0.5 a 6 pulgadas y de 0.25 a 0.75 mm de diámetro. Las más pequeñas se usan en la parte inferior de extremidades, pies, cabeza y orejas; las grandes en cuello, espalda y miembros anteriores. 

Acuapuntura. Es la inyección de un fluido en el punto de acupuntura. Después de colocada la aguja se deja un líquido (que después se absorbe) que continúa estimulando con presión o irritación. Se usa vitamina B12, medicamentos o soluciones homeopáticas. 

Electroacupuntura. Se fijan electrodos a las agujas y se aplica una corriente eléctrica pulsante. Varía en frecuencia, intensidad, tipo de pulso electrónico y genera diferentes respuestas fisiológicas. Se usa para tratar condiciones neurológicas: parálisis del nervio facial o radial, dolor crónico en la zona lumbar.

Moxibustión. Es la quema de Artemisia vulgaris, contenida dentro del puro (moxa) en un punto de acupuntura (directa) o sobre la piel a media o una pulgada por encima del punto de acupuntura (indirecta), con el fin de estimularlo mediante calor. En caballos se usa más la moxibustión indirecta para tratar dolor muscular, artritis crónica o hasta trastornos reproductivos. 

Hemoacupuntura. El punto de acupuntura se purga con una aguja hipodérmica con una técnica similar a la usada para obtener una muestra de sangre. Se ocupa en los puntos cercanos al área de la banda coronaria y otros en extremidades (cabeza, patas, cola) para tratar laminitis y como tratamiento distal.

Estimulación con rayos infrarrojos (IR). Es muy útil en la estimulación de puntos de acupuntura ubicados en zonas de difícil manejo o en pacientes nerviosos. Hay equipos como el modelo CeFCo, que usarse con seguridad para enfermedades oculares, especialmente en úlceras corneales.

Duración del tratamiento y beneficios

El número de tratamientos depende de la condición, duración y edad. Condiciones agudas se resuelven de una a tres sesiones; las crónicas requerirán entre cuatro y 10 sesiones de 20 a 40 minutos cada una. Algunas condiciones degenerativas pueden necesitar tratamientos mensuales.

Los beneficios de la acupuntura se han documentado en un creciente número de ensayos clínicos. Sin embargo, el estudio científico del funcionamiento de terapias complementarias en animales apenas inicia. Mientras mayor sea el número de médicos interesados en ellas y el número de casos estudiados, tendremos una mejor comprensión del método de acción de la acupuntura.