//Fibra: esencial para la salud en el equino

Fibra: esencial para la salud en el equino

El caballo es un animal herbívoro no rumiante. Como todos los herbívoros, su alimentación está basada completamente en el consumo de fibra. Los ejemplares en pastoreo llegan a utilizar hasta el 70 % de su tiempo pastoreando, esto es, unas 18 horas al día.

Esta especie, por naturaleza, obtiene casi todos los nutrientes que necesita de la fibra, siempre y cuando sea de excelente calidad y además sea consumida en cantidades adecuadas. Por tanto, debe de ingerir como mínimo 1.5 % de su peso vivo en forraje (por ejemplo, un ejemplar de 500 kg debe consumir 7.5 kg de forraje de buena calidad). Un consumo menor a esta cantidad traerá como consecuencia problemas nutricionales y de conducta.

Casi todos los caballos requieren de complementos a sus dietas basadas en forrajes, ya que éstos últimos no cumplen con aportar todos los nutrientes que necesitan. La cantidad de forraje en la dieta puede ir desde el 90 % para caballos con necesidades mínimas de energía, proteína, grasas y otros nutrientes (como ejemplares en mantenimiento o yeguas vacías), hasta un 50 % de forraje en la dieta de aquellos que tienen un trabajo de moderado a intenso (como los empleados en Polo, Salto, Charrería, carreras, entre otros). 

¿Cómo obtiene el caballo los nutrientes de la fibra? 

En el intestino grueso, la porción más grande del aparato digestivo del equino es en donde miles de millones de bacterias aprovechan los componentes de la dieta para poder producir energía y otros nutrientes. Así que debemos de tener un enorme cuidado de su flora intestinal para asegurar el máximo aprovechamiento de los nutrientes de la fibra. Esto lo podemos lograr al mantener programas de medicina preventiva adecuados (desparasitaciones, vacunas, odontología), rutinas y manejo de la alimentación correctas y con aditivos que favorezcan un tracto intestinal sano (probióticos y prebióticos).

La calidad y digestibilidad (aprovechamiento) es muy importante. Los forrajes contienen tres componentes principales que son: celulosa, hemicelulosa y lignina. Los caballos obtienen principalmente los nutrientes de la celulosa y mejor aún, de la hemicelulosa. La lignina es la parte estructural de los forrajes y no tiene aportes nutricionales en la dieta de esta especie. Además, hay otro elemento de importancia en los forrajes que es la pectina, que es componente en fuentes de fibra como la pulpa de remolacha, la cáscara de soya y forrajes jóvenes.

Para poder evaluar los componentes óptimos de un forraje (NFD y ADF), es necesario un análisis de laboratorio y la asesoría nutricional de un veterinario experto para poder interpretar los resultados. 

Los caballos pueden recibir forraje verde húmedo, cortado y secado parcialmente, o un heno de pasto, cereal o leguminosa. No es recomendable añadir más del 30 % de la dieta de un forraje de leguminosas como la alfalfa, ya que el perfil nutricional y de la fibra no es el más indicado para equinos.

Es importante poder evaluar las características físicas de los forrajes secos (henos) como lo serían: color, olor, y estar libres de impurezas. En cuanto al color es preferible tiendan a ser verdosos más que amarillo intenso (si tiene este tono significa que posee altos contenidos de lignina, y por lo tanto es poco aprovechable). El forraje almacenado debe de tener un olor agradable y verificar que no tenga humedad u hongos, así como también debe estar libre de impurezas o contaminantes (basuras u otras sustancias o pasturas que sean dañinas para los animales).

Fibras a añadir a la dieta del caballo

Actualmente existen muchas fuentes de fibra que pueden aportar energía y mejorar la digestión en los ejemplares como la pulpa de remolacha, las pulpas cítricas y la cáscara de soya, todas ellas muy útiles tanto para animales de alto rendimiento, como ejemplares viejos con problemas dentales y también para potros en crecimiento. 

El salvado de trigo es muy utilizado en dietas de caballos para “ayudar” a la digestión. Pero en realidad tiene una digestibilidad muy baja y debería agregarse en cantidades muy elevadas para poder cubrir los requerimientos de fibra. Y algo que sí es muy malo es que es alto en fósforo y puede afectar de manera trascendental el balance de calcio en el organismo, lo cual puede causar problemas importantes en ciertas etapas como el crecimiento. Por tanto, añadir salvado de trigo a la dieta es más un ingrediente para el dueño, que un beneficio para el caballo.

Por otra parte, hay ejemplares que necesitan mayores aportes de fibra en la dieta o que por su estado fisiológico requieren de fibras de alta calidad. Es por ello que ya existen alimentos balanceados que contienen altas cantidades de fibras de excelente gama que pueden servir como una fuente importante de aporte nutricional.

Las tendencias mundiales de nutrición equina se encaminan a mejorar la calidad de vida de los caballos, siempre cuidando su bienestar. Debemos asegurar que consuman fibra en la mayor cantidad posible en su dieta, así como asegurar que sea de buena calidad.