//Mensajeros de terror y destrucción: caballos y Jinetes bíblicos

Mensajeros de terror y destrucción: caballos y Jinetes bíblicos

“(…) Después vi un caballo pálido y amarillento. El que lo montaba se llamaba Muerte, y lo seguía el representante del reino de la Muerte. Y los dos recibieron poder para matar a la cuarta parte de los habitantes de este mundo, con guerras, hambres, enfermedades y ataques de animales salvajes”.

Apocalipsis, Capítulo 6, Versículo 8

Biblia, Traducción al Lenguaje Actual (2002)

 Una visión del fin del mundo

El hombre siempre se ha aferrado a conocer su futuro, estrictamente pensando en su destrucción. Es curioso darnos cuenta lo mucho que nos apasiona saber sobre cuestiones que, en una realidad, causarían la destrucción de la raza humana y posiblemente, toda la vida sobre la Tierra.

La Biblia es posiblemente uno de los libros más antiguos y leídos de toda la historia. Sus páginas hablan de muchos temas, pero ningún libro de la Biblia causa tantos sentimientos, morbo e interés como el llamado Libro de las Revelaciones o mejor conocido con su nombre en griego, el Apocalipsis.

Sin embargo, ¿por qué este libro, tan complicado de leer y entender, genera tanto interés? Sin duda es su tema central: el Fin de los Tiempos.

Caballos y jinetes en el Apocalipsis

Cielos abiertos. Multitudes en lo alto y veinticuatro tronos. Un Dios omnipotente y su Hijo, llamado el Cordero de Dios, listo para abrir Siete Sellos que juzgarán a la Tierra por no haber reconocido su Voluntad. Además de todos estos elementos, podemos encontrar en el Apocalipsis del apóstol San Juan, muerte, destrucción, terremotos y hasta estrellas de fuego que caen del cielo. Sin embargo, todos estos juicios son desatados después de la aparición de cuatro caballos, montados cada uno de ellos por Jinetes, mensajeros de la destrucción y la muerte de gran parte de la humanidad.

El significado de los caballos en el Apocalipsis

El Libro de Apocalipsis brinda una narración escalofriante, intrigante y confusa del Fin de los Tiempos. Más allá de tratar de entender un significado espiritual o doctrinal, la imagen de cada uno de los caballos y Jinetes dan mucha luz sobre las realidades del mundo en un futuro no muy lejano. Ahora, según el texto bíblico, el primer caballo en aparecer a escena del mundo apocalíptico es el caballo de color blanco:

“(…) Miré entonces, y vi salir un caballo blanco. El que lo montaba llevaba en la mano flechas y un arco, y le dieron una corona. Había vencido a sus enemigos, y salía dispuesto a seguir venciendo”. Apocalipsis, Capítulo 6, Versículo 2; Biblia, Traducción al Lenguaje Actual (2002)

El color blanco en el contexto bíblico, significa pureza y perfección. Aunque para muchos estudiosos este jinete significa el inicio del reinado del Anticristo. Sin duda, la belleza y fuerza del caballo descrito es evidente: se destaca en el texto el color del corcel antes de describir al Jinete. Es así que podemos entender el por qué de la importancia de escribir acerca del caballo y del Jinete por igual. Simplemente de no haber sido importante, el autor del Apocalipsis no lo hubiera mencionado.

Leemos sobre un caballo blanco y se nos dan características importantes de su jinete, quien tenía en una mano arco y flechas. En un entendimiento de la antigüedad, esos símbolos explicaban al lector sobre la naturaleza, misión y trabajo encomendado a dicho Jinete: guerra y destrucción, porque los arcos y las flechas en el mundo antiguo eran sinónimos de conflagración. De hecho, muchos se aventuran a decir que este Jinete anuncia la Tercera Guerra Mundial, una guerra nuclear que destruiría a gran parte de la población del mundo. De acuerdo a lo anterior, el Jinete del caballo blanco destruiría a una fracción de la humanidad por medio de la guerra.

Es de todos sabido que en una guerra se puede perder o ganar. La particularidad de este Jinete es que posee una corona como señal de victoria. Además de esto, la Biblia señala claramente que le habrá sido dada la victoria, una tras otra, sin que exista la posibilidad de perder la guerra que habría de emprender.

Por si fuera poca la visión sobre nuestro futuro, la Biblia continúa con la descripción del segundo caballo junto con su Jinete:

“(…) Salió entonces un caballo rojizo. Y Dios le dio permiso al jinete de acabar con la paz del mundo, y de hacer que unos a otros se mataran. Y le dieron una gran espada.” Apocalipsis, Capítulo 6, Versículo 4; Biblia, Traducción al Lenguaje Actual (2002)

El Apocalipsis describe al segundo caballo que aparece en los cielos. Es evidente que no existen los caballos rojos. En el primer caballo, no es muy difícil imaginar a un caballo blanco, muy conocido en la antigüedad y aún en nuestros días. En este segundo caballo la pregunta es lógica, ¿cómo es que el escritor del Apocalipsis vio un caballo que no existe?

La clave para entender gran parte del Apocalipsis es no tomar todo lo que se lee en un sentido literal, es decir, no entender estrictamente lo que se lee. En su Revelación, el apóstol San Juan al mirar a un caballo rojo, veía lo que este equino provocaría a la humanidad. Su manera más práctica de describir lo que ve, es escogiendo un color que simbolice la naturaleza del animal y su Jinete, entonces entendemos que lo que Juan ve es un corcel de color rojo, símbolo de la violencia. Esto mismo aplicará al resto de los caballos en el Apocalipsis.

El segundo Jinete posee otra arma de batalla, una espada, símbolo de poder y de autoridad para hacer la guerra. La espada en la antigüedad fue un arma sumamente innovadora. En un mundo de flechas y lanzas, la espada se convirtió en una poderosa arma, fácil de transportar y blandir, muy certera para matar en la guerra. Este Jinete terminaría el trabajo que había comenzado el Jinete del caballo blanco. Con una espada en la mano y montado en un corcel rojo, terminaría con la esperanza y la paz de la humanidad.

En este escenario, aparece el tercer caballo con su Jinete, el libro del Apocalipsis lo describe de la siguiente manera:

“(…) Luego vi un caballo negro. El que lo montaba llevaba una balanza en la mano. Y de en medio de los cuatro seres vivientes oí una voz que decía: «El salario de todo un día de trabajo sólo alcanzará para comprar un kilo de trigo o tres kilos de cebada. ¡Pero no subas el precio del aceite ni del vino!»”. Apocalipsis, Capítulo 6, Versículo 5 y 6; Biblia, Traducción al Lenguaje Actual (2002)

Cuando el apóstol San Juan describe un caballo negro, al igual que los anteriores, no se refiere sólo a la raza o apariencia del equino, sino lo que simboliza. Ahora, el que nos describa un caballo negro dice mucho sobre la naturaleza del Jinete que lo monta.

El texto describe al tercer Jinete, no como a un guerrero como los anteriores, sino como a un destructor de otro tipo. En su mano, en vez de tener arco o espada, posee una balanza, un instrumento que bien sabemos sirve para pesar mercancías. Enseguida se aclara que en los tiempos del fin, el salario completo sólo alcanzaría para comprar un kilo de trigo o tres de cebada. El trigo y la cebada eran la base de la alimentación en las culturas de ese entonces. Al tratar de resolver el simbolismo del tercer caballo y su Jinete, muchos aseguran que más que una gran guerra o la pérdida de la paz, este juicio simboliza una profunda crisis económica y de alimentos en el planeta. Por su parte, el cuarto Jinete termina con el escenario del fin de los tiempos:

“(…) Después vi un caballo pálido y amarillento. El que lo montaba se llamaba Muerte, y lo seguía el representante del reino de la Muerte. Y los dos recibieron poder para matar a la cuarta parte de los habitantes de este mundo, con guerras, hambres, enfermedades y ataques de animales salvajes”. Apocalipsis, Capítulo 6, Versículo 8; Biblia, Traducción al Lenguaje Actual (2002)

Este caballo amarillento y pálido, descolorido, se afirma en otras versiones, es el último en aparecer para emitir un juicio contra todos los hombres. Más allá de la apariencia del caballo, la gran diferencia con el resto, es su Jinete. Los anteriores son seres sin identidad, sólo se nos explican sus armas y misión. En esta ocasión, tenemos a un personaje conocido por todos, la Muerte.

Está de más explicar lo que podría simbolizar la muerte, su nombre en sí es claro, aunque debemos mencionar que este ser no vendrá solo, sino que es seguido por lo que menciona la Biblia como “el representante de reino de la Muerte”. Tenemos entonces (en contra de la tradición) a un quinto Jinete, el cual acompañará en su galope a la Muerte misma.

Otra observación es que este último Jinete tiene potestad de matar a la cuarta parte de los habitantes del planeta. En esta ocasión, tenemos nombres, cifras y los medios por los cuales destruirán a la humanidad; guerras, hambres, enfermedades y ataques salvajes.

Podríamos asegurar, al haber estudiado los anteriores caballos y jinetes, que este último es la suma de los anteriores. Tenemos así, la causa del Fin de los Tiempos personificado en cuatro caballos montados por sus jinetes, seres listos para la destrucción de la humanidad.