//Hemorragia pulmonar en caballos deportivos

Hemorragia pulmonar en caballos deportivos

En la práctica clínica equina y en gran parte del mundo ecuestre, es común tener noticias de que algún caballo haya sangrado, inclusive en los últimos años lamentablemente se ha visto en las noticias del mundo hípico que algún ejemplar sufrió un colapso durante una carrera o competencia. Lo anterior pone en evidencia un problema de salud que puede ocurrir: la hemorragia pulmonar inducida por el ejercicio (HPIE).

Este padecimiento es usual en caballos deportistas, aunque también se ha visto que otros équidos, como burros y mulas, lo padecen, sobre todo en Norteamérica, Sudamérica y en el sur de Europa.

Ahora bien, ¿qué es la HPIE? Esta enfermedad se puede definir como el sangrado por los ollares que, como se mencionó antes, ocurre en caballos de carreras. Con todo, no es un padecimiento nuevo, ya que se tienen indicios de que se remonta al siglo XVII y ocurre cuando hay presencia de sangre en la tráquea o los bronquios de los capilares alveolares.

Sin embargo, es algo que no debe pasarse por alto porque podría provocar la muerte súbita del ejemplar, durante o después del ejercicio, por ello su relevancia médica.

Factores de riesgo

La HPIE es una de las patologías respiratorias más importantes del equino de deporte, ya que afecta directamente el rendimiento deportivo. Su importancia radica que entre un 42 a un 85 % de los ejemplares sometidos a un esfuerzo importante pueden desarrollar esta condición. Ésta los afecta severamente, siendo la principal causa de muerte súbita posejercicio.

Experiencias clínicas, patológicas y toxicológicas en el análisis de los registros en hipódromos de Venezuela, a nivel del mar y a varios niveles de altitud, han definido a este factor como uno de los más relevantes en el padecimiento; cabe señalar que la incidencia se incrementa a mayor altitud, por lo que la medicación precarrera es usual.

Estos datos y percepciones apoyan plenamente la larga experiencia clínica de americanos veteranos y jinetes que compiten en el suroeste de los Estados Unidos, pues si corren más rápido, a mayor altitud, son más propensos a sufrir episodios de HPIE. En cuanto a Europa, en la zona de Andalucía, España, fueron evaluados 142 équidos quienes fueron sometidos, sin medicación previa, a recorrer una distancia media de entre 90 a 150 km, a una altitud de 75 msnm.

En este caso todos los caballos del estudio fueron evaluados clínicamente, mostrando sangrado bilateral y el denominado síndrome del caballo exhausto. El pronóstico para caballos de deporte con HPIE, en la mayoría de los casos, presenta reincidencia, por lo que se hace necesaria la evaluación posejercicio y un programa de medicación preventiva.

Aunque la altitud es uno de los factores a considerar en este padecimiento, también se acepta la teoría que dice que la HPIE se asocia a la ruptura de las membranas capilares alveolares, con una posterior efusión de sangre. Esta hemorragia alveolar e intersticial se va observar en la tráquea y en los bronquios, aunque es notoria hasta que se presenta la hemorragia nasal. Estudios apuntan que esta ruptura es producto de la alta presión transmural e hipertensión pulmonar que sufre el caballo ante el esfuerzo.

Por otra parte, otras teorías sugieren otros factores, como la obstrucción de vías respiratorias superiores, anormalidades hemostáticas, cambios en la viscosidad de la sangre, cambios en la forma de los eritrocitos, fuerzas intra y extra torácicas durante la locomoción, así como la angiogénesis de la arteria bronquial. El método de diagnóstico empleado con mayor frecuencia es el examen endoscópico de las vías aéreas superiores y el broncoscópico, el cual se lleva a cabo aproximadamente 90 minutos después del ejercicio.

Dentro de los signos clínicos que se manifiestan en el ejemplar, se caracterizan por la presentación de un pobre rendimiento atlético, sangrado nasal después del ejercicio, intolerancia al ejercicio, o colapsos. Esto significa que hay que estar muy atentos en caso de que se note alguno de los síntomas mencionados.

Terapias y cuidados

Hay que mencionar que el lavado traqueo-bronquial es otra técnica con mayor sensibilidad de detección en caso de que se sospeche que el ejemplar padece HPIE. Pero también se pueden realizar radiografías, gammagrafías y pruebas de función pulmonar.

En cuanto a la terapia indicada para este padecimiento, todavía es controversial. Algunos expertos desde hace años indicaban que el ácido amino caproico, la vitamina K, las aspirinas y hasta los estrógenos pueden ayudar; sin embargo, después de los años 60 se permitió la medicación con furosemida (un diurético de asa utilizado en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca congestiva, hipertensión y edemas). En un estudio en Nueva York, la epistaxis (hemorragia) presentó una reducción cercana al 80%, y si bien en las carreras de caballos se sigue usando este tipo de tratamiento, aún falta mucho por investigar.

De cualquier manera, es muy importante estar al pendiente ante cambios que se noten en el equino, baja en su rendimiento, sangrados nasales después de ejercitarte, cansancio o colapsos. Ante estos síntomas o sospecha de HPIE, hay que acudir de inmediato con el veterinario.

Abelardo Morales Briceño, Aniceto Mendez Sanchez, Kimberly Brewer, Thomas Tobin

Universidad de Córdoba y Universidad de Kentucky