//Mejorar la autoestima, gracias a los caballos

Mejorar la autoestima, gracias a los caballos

“Los ojos en el cielo, las manos en el trabajo y los pies en la tierra”, es algo que constantemente Norma Alonso, mi profesora de coaching, compartía en sus exposiciones. La frase aplica cuando se logra tener una plena conciencia, y aunque parezca fácil, es una de las tareas más importantes de la vida que cuesta más trabajo adoptar.

El “centramiento” será entonces la habilidad que logre un coach al conectarse consigo mismo. Esta práctica es necesaria para que después puedan ayudar a otros en esta conexión.

El caballo, un aliado de trabajo

Tener como aliados a los caballos representa un gran apoyo que logra derribar, desde el inicio, obstáculos que interfieren en esa conexión. Usualmente llegan los coachees a la sesión y hacen estas preguntas: “¿Cuánto tiempo va a durar la sesión?”, “Yo no sé nada de caballos ¿qué vamos hacer con ellos?, “¿Vamos a montar?”, “¿Cómo se llaman (los caballos), qué edad tienen?”, entre otras.

Todos los cuestionamientos son enfocados a lo que no se conoce; también hay curiosidad, miedo, enfado e incertidumbre por lo que vaya a pasar. Cuando observamos esto, es fácil comprender que los coachees vienen buscando respuestas y su enfoque inicial está puesto en el exterior, pendientes o preocupaciones. Incluso algunas veces olvidan el verdadero propósito de estar con nosotros: vivir un proceso de coaching asistido con caballos, para encontrarse a sí mismos y lograr una meta.

En contraste, durante la sesión, cada caballo está en el presente, no tiene pendientes o preocupaciones. Sólo observa y percibe el entorno, muy diferente a las personas que constantemente estamos frente a una necesidad por saber el futuro.

La maravillosa situación de estar rodeado de la naturaleza, conviviendo con los caballos y poniendo distancia a los pendientes de la vida, es la oportunidad de trabajo que tienen los coachees al estar en dinámica con los caballos.

El objetivo de cada sesión es variable, pueden ser temas que van desde observar la existencia o la falta de recursos materiales, financieros, cognitivos, o hasta el desarrollo de habilidades profesionales o personales. Sin embargo, centrarse en la autoestima facilita cualquiera de los trabajos por desarrollar. Autores como Nathaniel Branden, Norma Alonso, Virginia Satir, Lair Ribeiro o Verónica Andrés, han enfatizado que este factor incide directamente en el éxito de estas metas.

La autoestima es determinante, no sólo para el logro de las metas personales y profesionales, sino también para alcanzar la plenitud, y lograr relacionarnos mejor con las personas que nos rodean. Esto tiene lógica partiendo de que la autoestima refleja cómo es la relación con uno mismo, por ello el trabajo con los caballos es fundamental en esta relación, pues ellos nos enseñan cómo hacen su introspección, de manera orgánica, sin preguntarse aspectos físicos o de otra índole externa. Ellos saben de su valía, su lugar y las capacidades físicas y cognitivas que pueden tener.

La influencia de la autoestima

En su libro Cómo mejorar su autoestima, Nathaniel Branden señala dos componentes que conforman a la autoestima; ambos son tan importantes que sin la presencia de alguno de ellos se puede reducir este factor. Se trata por un lado del sentimiento de capacidad personal, de la autoconfianza, de saber que se tienen las habilidades para enfrentar los desafíos que presenta la vida; y por el otro, el sentimiento de valor personal, el auto respeto, el merecimiento y la convicción de tener el derecho a ser feliz.

En el caso de que estos dos sentimientos estén débiles, el coachee tendrá la oportunidad de trabajar con ellos para tener una alta autoestima. Podríamos así definir a la autoestima como un binomio, que suma la capacidad y el sentimiento de ser valiosos ante la vida, lo que permite mejorar en nuestro desarrollo diario.

Es importante mencionar que la ausencia o el bajo nivel de estos sentimientos de valía y capacidad, normalmente estarán ligados a creencias limitantes del coachee. Detectar esta baja será una tarea que el coach deberá realizar, para posteriormente orientar al alumno y lograr abatir esta situación.

En mi experiencia he podido observar una constante situación en las sesiones de coaching asistido con caballos: la baja autoestima, aspecto que provoca problemas en la vida personal y profesional, además de afectar la relación con los demás. En los casos donde trabajamos el tema de liderazgo es fundamental conocer cómo se encuentra la autoestima del líder, si él reconoce sus capacidades y valía, si existe un equilibrio consciente que le permita lograr sus objetivos propuestos, tanto profesionales como personales. En caso de que no logre identificar todos estos factores se tendrá que trabajar con él y direccionarlo por el camino del éxito.

La interacción con caballos facilita la observación del comportamiento de cada persona. En lo individual permite que cada quien pueda hacer uso de sus propios recursos, tener consciencia si es pasivo o activo, si tiene iniciativa o deja que los demás actúen, si es estratega o se escuda en los resultados de los demás. Y todo esto sin juicios, pues un caballo no conoce quién es el líder en la oficina o en cualquier organización: él sólo percibe.

La tarea del coach es acompañar en este revelador proceso, que acelera el crecimiento personal y profesional que lo llevará al logro de la meta propuesta